Te birlo uno de los extremos del hilo amarillo que sujetas entre los dedos y sin bendecirte siquiera me lo introduzco en la o que forma mi boca para empezar a succionar como un bebé y deshacer así ese vestido que te queda al dente o mejor aún pero como sigo hambriento y además con este calor tampoco vas a necesitar abrigo continúo sorbiendo sin interrupción para que el cordel nada soso aunque sí largo en exceso vaya deshilando poco a poco y sin ninguna prisa la madeja que cubre la loza porosa de tu piel hasta que al fin tras muchos metros engullidos el otro extremo del espagueti desaparece con un chasquido entre mis labios. Y en ese momento, siempre, me quedo sin aliento.
Este texto pertenece a una serie (abierta)
de relatos hiperbreves inspirados en fotografías.
Más textos de la serie,
5 comentarios:
"Juegos lingüísticos", ahora gastronómicos, o comestibles, o envidiables. ¡Qué buen texto, Víctor! ¡Qué bueno!
No me percaté de la falta de puntuación, hasta que la ausencia de una coma me empezó a acelerar el pulso. Pero enseguida supuse a qué iba, y me maravilló ese final con doble sentido.
Esto realmente lo deja a uno sin aliento, entiéndase esto como un "des"vestido o como leer "Arrebato" en voz alta ;)
Un abrazo, Víctor, y una felicitación desde la o que forma mi boca.
Gracias, Caro. Intenté jugar un poco con eso, con la falta de puntuación, para que el lector (y el hambriento comedor de espagueti) se queden sin aliento, aunque por motivos distintos. Un abrazo, Caro.
Muy bueno
Extásica narrativa de un estado de trance y su exquisito proceso.
BRAVO MAESTRO.
Gastronomía y erotismo, Carlos, tienen mucho más en común de lo que a primera vista parece. Un saludo.
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