jueves, 14 de noviembre de 2013

Coraza



Mientras tú y yo, desnudos como animales, nos buscamos a los pies de la cama, nuestra ropa, tirada de cualquier manera sobre el edredón, late cada vez más fuerte.



Fotografía de Kevin Van Aeslt

Este texto pertenece a una serie (abierta) 
de relatos hiperbreves 
inspirados en fotografías.
Más textos de la serie,

5 comentarios:

Paloma Hidalgo dijo...

Y tan alto que se escucha desde aquí, muy chulo tu micro.

Un abrazo

Laura dijo...

Un micro que da qué pensar. Si la ropa late sobre el edredón puede que haya alguien escondido bajo él, o puede que ellos desde los pies de la cama se hayan escurrido bajo el somier y lo muevan enérgicamente en sú búsqueda desaforada... o puede que se hayan despojado de sus corazas y hayan dejado parte de su corazón en ellas.

Un saludo Víctor y ¡qué chulo!

Javier Ximens dijo...

Da para pensar. Los pies fríos se buscan? No!, que están desnudos fuera de la cama, a los pies, ah! Y claro las pieles de telas se aceleran. En fin, Víctor, que mola.

María (LadyLuna) dijo...

Quizá los amantes dejaron el corazón en la ropa en un arrebato de pasión...

Bonito descubrirte.
Te invito a mi pequeño rincón.
Un saludo.

Víctor dijo...

Muchas gracias, Paloma. Sístole, diástole, sístole, diástole... Abrazos.

Todas tus interpretaciones son posibles, Laura. Pero todavía hay más. Muchas más. Un abrazo, Laura, y me alegra que te guste.

No he entendido (casi) nada de lo que dices, Ximens, pero te lo agradezco igual. Un abrazo, cortesano.

Bienvenida, María. Gracias por tu comentario y pásate cuando quieras. Un saludo.