Quería lograr que el rey de la selva pasara por el aro en llamas y que el viejo elefante se arrodillara ante mí; deseaba hacer malabares con mis nostalgias, mantenerlas en el aire, en constante y peligrosa rotación; soñaba con tragarme un sable largo y afilado como un día sin ti; anhelaba caminar como un felino por la cuerda floja, sin red de seguridad ni arnés; ansiaba convertir nuestra cama en elástica para lograr piruetas dignas de las mayores ovaciones; pretendía lanzarme desde mi trapecio y que tus manos me salvaran de la fatal caída. Pero después del sí quiero lo único que siento es que los dedos de mis pies no alcanzan la punta de los zapatos, que mi nariz se enrojece y congestiona y que mi sonrisa pintada puede borrarse en cualquier momento.
Abandonada
Hace 4 días
2 comentarios:
Toma ya! Muy buen comienzo en los viernes creativos.
Besazos
Me la gocé escribiéndolo, Ana, y eso ya es mucho. A ver el próximo, si tengo tiempo y eso. Abrazos peninsulares de interior.
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