La vi y empezaron a saltar chispas, una de las cuales cayó cerca de mi pezón derecho. Suspiré y surgió una pequeña llama que poco a poco fue extendiéndose por el vello de mi pecho reseco. Soplar fue contraproducente porque el fuego se avivó e inflamó mis muslos. Intenté apagarlos con las manos, a golpes, pero se abrasaron también en el intento. Envuelto en llamas, solo pude arrodillarme y esperar. La combustión, lenta, me carbonizó de pies a cabeza. Las brasas, al fin, dejaron de crepitar. Quedé convertido en un puñado de rescoldos, de ascuas agonizantes. En ceniza fría. Y entonces la vi y empezaron a saltar chispas.
Criptografía
Hace 4 días
21 comentarios:
Relato circular. Bien conseguido. Un poco gore, pero de todo tiene que haber, jeje
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Eso sí es encenderse y arder por amor, Víctor.
Me gusta el círculo que tan bien explicás. Siempre nos encendemos, ardemos y nos quemamos, pero al final, volvemos a intentarlo. Porque nunca se extingue esa necesidad de ser amado, aunque el pecho esté reseco, aunque las cenizas parezcan cubrirlo todo.
O, quizás, nada de lo anterior dependa de nosotros.
Me gustó el micro, me recuerda un poco a mí.
Un abrazo con chispas, Víctor.
Sentimiento (y relato) fénix.
Un abrazo
Gracias, David. ¿Un poco gore? Más gore es en realidad el amor... Un saludo.
La verdad, Caro, es que a veces da gusto abrasarse, quemarse, incendiarse. Luego siempre resurgimos de las cenizas, como el ave fénix. Abrazos chisposos.
Por ahí van los tiros, Alejo. Un abrazo.
Me estoy quemando una y otra vez.
La Boca del Ello
Micro que resurge de sus cenizas. Y el título muy apropiado. Voy a enchufar el aire acondicionado...
Francesc Barberá
Bienvenido a las Realidades para lelos, Anónimo y orgulloso de ello. No te preocupes, el fuego purifica. O eso dicen. Un abrazo y regresa cuando quieras.
No le des mucha potencia al aire, Francesc, no vayan a volar las cenizas. Porque entonces sí que la liamos. Abrazos.
Y vuelta a empezar. Y que no se acabe nunca como en tu micro, no importa que duela, mientras dura es incomparable.
Besitos
Arder tiene su gracia, Elysa, aunque hay que saber resurgir de las cenizas. Un abrazo y gracias por pasarte.
Menuda condena es ésta de la quema eterna.
La foto es también brutal.
Y con este calor...
Una condena o un premio, Araceli. Si se puede renacer constantemente, como el Ave Fénix, la muerte es un lujo. Y morir así, más todavía. Por cierto: si la foto te pareció brutal, no te pierdas de donde la saqué. Una historia escalofriante.
http://es.wikipedia.org/wiki/Th%C3%ADch_Qu%E1%BA%A3ng_%C4%90%E1%BB%A9c
Un abrazo.
Un relato circular. Tiene su punto.
Este verano estuve de vacaciones en Vietnam y estuve en el sitio donde se quedó este monje, también conversaban intanto el coche en el que viajó para quemarse. El monje se colocó en posición de flor de loto, se roció de gasolina, se prendió, y no emitió ni un solo quejido y sonido hasta que murió en la misma posición en la que se había sentado. Algo así solo es capaz de hacerlo un monje budista. Impresionante. Tu micro y tu foto me ha recordado a este hombre. El amor también puede causar estragos, como el mismo fuego. Cuidado no enciendas cerillas cerca de una chica. Un abrazo.
Por cierto, nos explicaron que "quemarse a lo bonzo" está mal dicho, y viene de este acto. Los bonzo son los mojes, no una persona que se quema. El vídeo está en youtube y es impresionante ver cómo lo hizo, mientras la policía no trataba de impedirlo.
Cuando buscaba una foto que ilustrara el texto, Manu, encontré esta imagen, que me llevó a la historia que hay detrás, que me llevó al vídeo (que se puede encontrar en el enlace que colgué un par de comentarios más arriba). Me quedé de piedra al verlo. Impresionante es poco. Y sí, vigilaré con las cerillas cuando esté cerca de una chica. Un abrazo.
Este micro a mi me produce sensaciones contradictorias, y todo por la foto. El micro narra muy bien el fuego de la pasión. El problema me lo produce la foto, por ser real y conocer los casos de los monjes tibetanos que están luchando de esta forma contra los chinos, pero que no tiene repercusión en la prensa. En cualquier caso, arder siempre deja cenizas.
A veces, Javier, la realidad resulta más increíble que la ficción. Un abrazo.
Por momentos me dio impresión, pero puede ser algo muy lindo esto de las chispas.
Hay incendios muy lindos, Lucas. Bienvenido a las Realidades para lelos y gracias por comentar. Regresa cuando quieras. Un abrazo.
Ahora vengo a leer este relato, que me encanta, siendo como soy, de dinamita ;)
Un abrazo chispeante
¿Hasta aquí has llegado, Ana? ¿Remontándote a la prehistoria de este blog, casi? Jó, lo tuyo tiene mérito. Te voy a dar la medalla a la mejor grupi ;) Y sí, vigila no te arrimes mucho que la podemos liar gordísisma.
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