Hijos no he tenido, y ahora es ya demasiado tarde. Libros tampoco he escrito nunca ninguno; todo lo más, esta nota que has encontrado en mi bolsillo, poco después de haberme descolgado de este árbol que -eso sí- planté aquí de niño, quién sabe si con ese fin.
Si te apetece leer una cerilla incendiaria
sobre este tema,