Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel. Está rendido, el pobre. Esta mañana, muy temprano, se ha despertado en el asilo, ha cogido sus cosas, cuatro recuerdos mal contados, y se ha marchado al trabajo, donde ha descendido de jefe de sección a simple aprendiz. A mediodía, tras casarse con Eva, se ha matriculado en la universidad y a media tarde ya estaba en el colegio, sentado en su pupitre. Al anochecer ha cenado papilla y un poco de fruta y ha balbuceado algo incomprensible antes de quedarse frito. Aprovecharé este rato libre para salir y conocer a su futuro padre.
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Imagen tomada de aquí |
Este microrrelato ha participado
-sin éxito-
en el Relatos en Cadena.