viernes, 27 de junio de 2014

Cambio y corto

A Isabel Wagemann

Llegas a finales de abril, como las amapolas, dispuesta a pintarrajear el lienzo gris de mi vida, y te abres para que sean tus pistilos, y no tus pétalos, quienes me seduzcan. Me invitas a un picnic, servido sobre mantel circular, en el que tú eres los entrantes, el plato principal, el postre y la bebida. Mi estómago, por supuesto, se rinde a tus pies. Me miras con esa pupila de gata, ronroneante, roja, no sé si de lente de contacto, de llorar o de nacimiento. Pero nunca dices nada; te encierras en ti misma, como una supernova, e implosionas, y convertida en un agujero negro engulles todo a tu alrededor: fotos, mensajes, recuerdos. Todo desaparece. Incluso tú. Ahora no sé dónde estás, si en mi cabeza, en este país o en Japón, pero me dueles, como una herida limpia de bala.

Fotografía de Eugenio Cano
Modelo: Isabel Wagemann



1 comentario:

Anónimo dijo...

que gran micro. Quisiera ser yo Isabel para que me lo dedicaras.

Me ha encantado