viernes, 4 de diciembre de 2009

Incomunicación


En una de sus muchas rondas nocturnas, el vigilante del museo se percata del cruce distante de miradas y sonrisas que mantienen -desde sus respectivos cuadros, uno frente al otro- el muchacho renacentista con túnica y la joven naïf recostada en el lecho. Una dilatación de la pupila casi imperceptible, un destello fugaz en la mirada, un rápido y leve parpadeo, un guiño pícaro, una minúscula contracción del labio. Pero no dice a nadie nada para que no lo tomen por loco.

A la mañana siguiente, antes de que se abran las puertas al público, la encargada de la limpieza imagina medio avergonzada tórridas escenas furtivas y fantasea con fogosos abrazos goteantes, mientras va fregando unas pequeñas manchas de pintura, todavía húmedas, que han aparecido en el suelo entre ambos cuadros. Tampoco lo comenta con nadie.

19 comentarios:

Fernando dijo...

Intrépida invasión de la realidad en el almacenamiento de imágenes, y escenas que recobran su vida abandonando el letal silencio de las exposiciones.La vida parece estar condensada, pero no es así, porque hay sentimientos pasionales que afloran en cualquier momento. Un relato que da qué pensar. Un abrazo.

Miguel dijo...

¡Qué fantastico, Víctor! Cada me sigue asombrando tu forma de imaginar.
MUy buen relato.

Un abrazo

Miguel

Esteban Dublín dijo...

Víctor, hace un buen tiempo había escrito un cuento similar. Bueno, con la idea de que el cuadro era el sorprendido con lo que sucedía a su alrededor. En todo caso, me encanta el modo con que abordas el tema. La complicidad de los espectadores silenciosos me resulta ingenioso y sutil. Te felicito.

Martín Gardella dijo...

Victor, me gustó mucho la forma en que describís la escena y el silencio de los otros. Sin embargo, debo confesarte que no me sorprendió mucho el final, quizás porque también me hizo acordar de algo que escribí hace algún tiempo. Esta versión es mucho más elaborada, sin dudas, pero la temática es muy similar. De todos modos, creo que lograste una buena minificción.
Aca te dejo la mía:
http://livingsintiempo.blogspot.com/2009/07/dos-en-el-lienzo.html
Un abrazo

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

buenas imagenes literarias, pero creo que el final se podría pulir mejor.

Lo que más me ha gustado ha sido lo de las manchas de pintura húmedas sobre el suelo.

gran trabajo.

una más... dijo...

Tiene que ser original el sonido de esos dos cuerpos al unirse..
Besos..

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jejejjee...fogoso romance entre los cuadros del museo! y por qué no? si la pintura es un arte apasionado y expresivo!

hermoso relato!

un abrazo.

Posmoderna dijo...

Que romantico que te has puesto querido Victor.
Una nueva faceta en tus cuentos.

Saludos.

David Moreno dijo...

Pasiones escondidas en los cuadros de los museos, seres pintados que cobran vida al cierre de los mismo...
Muy bueno.

Un saludo indio lelo

Víctor dijo...

Pues a pensar se ha dicho, Fernando. Muchas gracias por el comentario.

Me alegro, Miguel, me alegro. Otro abrazo para ti.

Sí, Esteban, es que el tema estaba tan masticado que intenté dar una nueva visión de los hechos. ¿Los espectadores silenciosos? Viene a ser un poco eso: las figuras inertes del cuadro se encuentran y en cambio los de carne y hueso no consiguen entenderse porque no osan hablar. Un saludo.

Martín, te digo lo mismo que a Esteban: mi intención no era sorprender. Resulta imposible con un tema tan machacado. Pero dar una nueva visión siempre es posible. Sobre tu relato: bueno, muy bueno. Ya te lo comenté cuando lo publicaste. Otra historia con el mismo tema. Bien conseguida. Un abrazo.

Víctor dijo...

Es posible eso que dices de pulir el final, Daniel, pero hacía tanto que no colgaba nada, que me pudieron las prisas y las ansias. Lo tendré en cuenta. Un saludo.

Más que original, Una más, debe de ser toda una obra de arte.

Muchas gracias Neogeminis. Con un poquito de imaginación, todo es posible.

Bueno, Posmoderna, no tan nueva esa faceta romántica. Si observas el índice temático, hay tantos relatos con la etiqueta de Eros (amor) como con la de Thanatos (muerte). Equilibrio perfecto, ¿no? Un saludo.

Eso mismo, No Comments, eso mismo. Un abazo.

Claudia Sánchez dijo...

No por mucho machacado el tema deja de ser bueno... a los "Dinos" me remito.
Me gustó esta mini Víctor, casi me dan ganas de pensar un final alternativo... algunos cabellos revueltos o ropajes desordenados... no, eso sí está muy machacado!
Saludos!

Belén dijo...

Si es prudente y callado, llegará lejos...

Besicos

Naida Saavedra dijo...

La complicidad muchas veces es deliciosa, como en este caso.

Víctor dijo...

Pues si te remites a los dinos de Monterroso, mucha razón tienes, Claudia. Bueno, y si encuentras otro final (como ya hiciste con "Pret a porter") ya me avisarás. Un abrazo.

¿Quién, Belén? ¿El muchacho renacentista? ¿El vigilante de seguridad? ¿Yo mismo? Un saludo.

Deliciosa y colorista, Naida, y colorista. Un saludo y recuerdos al Umbral.

mara dijo...

La realidad de los humanos tambien está presente en la ficción de los cuadros,por qué no?
saludos

Víctor dijo...

Y la ficción de los humanos también está presente en la realidad de los cuadros, ¿no, Mara?. Bienvenida a las Realidades para Lelos, gracias por el comentario, y regresa cuando quieras.

Saúdos.

Walter dijo...

Me gustó mucho Víctor. Bien resuelto!

Víctor dijo...

Mejor que te guste, Walter. Tu relato me hizo pensar en éste. Saludos.