miércoles, 29 de febrero de 2012

29 de febrero


Sopla las diez velitas del pastel y las apaga todas. Su mujer y sus hijos lo felicitan y le regalan una corbata y una camisa a juego. 





11 comentarios:

Pedro Sánchez Negreira dijo...

¿Y ya? Venga, que cuarenta años es una especie de check point Charlie de la vida.

Buen juego temporal, Victor.

Un saludo.

Gemma dijo...

Desde luego, a partir de cierto momento vamos hacia atrás. Aunque a lo mejor en eso consista precisamente ir adelante...
Abrazos, Víctor

Manuel Rebollar Barro dijo...

La verdad es que, por su excepcionalidad, es un día que se presta (y se devuelve cada cuatro años) a muchas paradojas. Lo único es que me parecen un poco tacaños, dadas las circunstancias.
Abrazotes
Manuel

David Moreno dijo...

Buen juego con los años bisiestos y sus cumples. Son 4 veces más jóvenes que nosotros no?

Un saludo indio
Mitakuye Oyasin

Maite dijo...

Buen juego atemporal. Me encanta ver que hay una entrada en tu blog, es como encontrar una carta en el buzón :)

Nicolás Jarque dijo...

Debe ser curioso celebrar los cumpleaños de cuatro en cuatro años. Aunque me imagino que los nacidos en este día, adelantaran o atrasaran la celebración del mismo.

Ingenioso.

Un saludo.

AGUS dijo...

Una cerilla puntual, y con mucha enjundia. Los años pasan, pero no sé si nosotros también.

Abrazos.

Araceli Esteves dijo...

Diez años que cunden mucho, desde luego.

Alejo Z. dijo...

Y apenas está en la niñez de la adultez.

Víctor dijo...

Pues sí, Pedro. Solo eso. Será el check point Charlie de su vida, pero por lo visto todavía no han llegado a 1989... Tendrá que esperar ahí sentado un regalo mejor. Saludos.

Pues no lo sé, Gemma. Mi ir hacia adelante consiste en dar vueltas en círculo, aunque a veces parece que avanzo en espiral. Ya veremos... Una abraçada.

Pues sí, Manuel, la verdad es que son tacaños. Quizas hubiera sido más adecuado regalarle cuatro corbatas y cuatro camisas. A juego, esos sí. Y anda que tu broma se "prestarse a paradojas"... Abrazos.

Eso, David, y tienen cuatro veces menos regalos que los demás. Injusticia bisiesta. Saludos.

Sí que tenía esto parado, Maite. A ver si le doy carpetazo a los asustos que tengo pendientes y me lío de nuevo al blog. Un abrazo.

Los años que no son bisiestos, Nicolás, los cumpleañeros lo celebran en milésimas de segundo: las que tarda en cambiar de 28 de febrero a 1 de marzo. Bueno, o así lo imagino yo... Un saludo.

Agus, no sé cómo tomarme lo de la enjundia. Sí, sé qué es, pero me suena a insulto. A ver si se va a enfadar la cerilla... Abrazos.

Pues sí, Araceli, cunden como nada. Aunque la pena será morirse a los veintipocos... Abrazos.

Por lo menos va por el buen camino, Alejo. Gracias por pasarte y comentar. Un saludo.

CAROLINA GARCÍA dijo...

QUE PEQUEÑO TAN MADURO ¿NO? ¿O SERÁ UN ADULTO ALGO ANIÑADO? SEA COMO SEA, ES UN AÑO MÁS PARA ACUMULAR RECUERDOS Y EXPERIENCIA.
GRACIAS POR VOLVER VÍCTOR. ES SIEMPRE UN PLACER PASEAR POR REALIDADES.
SALUDOS.