lunes, 31 de agosto de 2009

Viaje de regreso


Aunque muchos le aconsejan que a su edad no debería coger el coche, o quizás por ello, esta noche conduce lentamente por la ciudad, sin rumbo ni prisa, con su bastón de cedro como único copiloto. Cruza el puente y observa por la ventanilla lateral el pisito donde vivió antes de trasladarse, hace ya algunos años, a casa de su hija y se sorprende al ver ropa tendida en el balcón, pues creía que continuaba desocupada desde que se mudó. Sigue la marcha mientras piensa que su hija quizás lo haya alquilado sin decírselo y se entristece porque ya no cuentan con él para nada. Dobla la esquina y encuentra al frente la fábrica donde trabajó durante toda la vida y advierte con sorpresa que aunque lleva más de una década cerrada, la chimenea arroja una fina columna de humo blanco. Incluso cree escuchar el sonido de las máquinas. Pasa por delante del bar donde echaba las partidas de cartas al poco de casarse, del que hoy en día sólo queda un solar ocupado por las malas hierbas, y le parece ver, sirviendo un café en la terraza, al mismo camarero de aquel entonces. Subiendo por la avenida divisa al fondo la iglesia donde contrajo matrimonio hace más de medio siglo. Aunque es ya de noche, por los coches que abarrotan el aparcamiento juraría que en el interior están de celebración. Ya en las afueras, totalmente desubicado, se topa con el colegio en el que pasó su infancia y ve, por encima de las rejas oxidadas del patio, cómo una pelota sube y desciende hasta volver a desaparecer. Al final de la carretera asfaltada ve el antiguo hospital en el que nació, derribado treinta años atrás, y sin ganas de comprender nada acelera al máximo y se estampa contra la columna de la entrada.


23 comentarios:

Cloe dijo...

Volveremos así, a cada uno de uestro propios paisajes?

Abrazo

Miguel dijo...

¿Un viaje al pasado? ¿Esta visionando lo que sera su vida? ¿Ha regresado o aún no ha llegado?
Me gustan esta dobles interpretaciones de tus relatos, Victor.
Ehnorabuena. Creo que los productores de "Perdidos" se perdieron un buen guionista.
Un abrazo.

Miguel

David Moreno dijo...

Se quedó en el mismo lugar de donde salió.

Un saludo indio

Martín Gardella dijo...

Una vida circular, nacimiento y muerte en el mismo lugar! Un abrazo

Esteban Dublín dijo...

Por algo Rulfo nos ha enseñado que al lugar donde ya fuiste feliz es mejor no tratar de volver.

Rosa Cáceres dijo...

"Crónica de una muerte anunciada", como diría aquel.
Tristísimo.
"La cuna y la sepultura" (Quevedo dixit). No puedo evitar sentir esa desalentada rendición vital.

Campanula dijo...

]Y mientras regresaba no hubiese podido arreglar aquello que hizo mal?
un abrazo

dijo...

Et volia dir que hi havia una enumeració excessiva de records però, carai, és que està tan ben narrat que m'has fet tancar la boca... És que realment disfruto llegint-te! Gràcies!

Víctor dijo...

Eso dicen, Cloe. Antes de morir hacemos un repaso en cámara rápida de nuestras vidas, ¿no?

Mi intención, Miguel, era insinuar un "recuerdo del pasado", un repaso de la vida antes de morir, pero cualquier otra interpretación que puedas sacar es igual de correcta y posible. Así se ensancha el relato. Un saludo.

Es que quizás ni siquiera salió, No Comments. Puede que lo imaginara todo desde la cuna.

Si me gustan los relatos circulares o abiertos, Martín, imagina lo que me gustan las vidas circulares, las vidas boomerang.

Es que Rulfo es mucho Rulfo, Esteban. Y cuanta razón con esa sentencia: segundas partes jamás fueron buenas.

Bienvenida, Rosa. Quevedo, Márquez... ufff, ¿te recordó mi relato a esos dos monstruos literarios? Me siento muy halagado. La vida es un punto, decía Quevedo; pues mejor que sea un puntazo de vida. Un saludo y regresa cuando quieras.

Campanula, se lo preguntaré en cuanto salga de la unidad de recién nacidos del hospital. Además, el destino es el destino,no lo debemos desobedecer. Fíjate por ejemplo en esto:

http://realidadesparalelos.blogspot.com/2009/04/bookcroosing.html

Moltes gràcies, Lo. Jo també disfruto quan em llegeixes. De fet vaig escriure això a raig i el vaig penjar sense deixar-lo reposar, com el bon arròs. I també creia que sobraven records, però pel que veig i pel que diu la gent no ha quedat malament de tot, oi?

Gloria Estrada dijo...

Hola Víctor.
... pensé en el eterno retorno de Nietzsche, el retorno de lo mismo, en las circularidades en que coincidimos el otro día, la espiral de la vida; en la idea de que las personas que conocemos volverán, también las mismas cosas con las mismas características... en fin, no me extiendo. El caso es que hay situaciones y personas que por más que uno quiera nunca vuelven... al menos no de la misma forma... (ya me extendí!)

Un saludo!

Javier Ortiz dijo...

Un viaje tan lleno de nostalgia que al final ésta lo impulsa a terminar de una vez.

¡Muy bueno!

Anónimo dijo...

A mí me parece que en realidad se estampa contra la columna en el principio del viaje, y el recorrido no es otro que el pasaje hacia la muerte.
Muy bueno, Víctor. Es inevitable pensar en muchas cosas mientras se vá leyendo. Además de muchas interpretaciones, tiene gran contenido.
¡Saludos!

Víctor dijo...

Como decía Heráclito (creo) todo vuelve, Gloria. Y lo que no vuelve permanece en el recuerdo para que lo podamos hacer volver cuando queramos. Y recuerda: usa el pasado como trampolín, jamás como ancla.

Además, Javier, el viaje ya había terminado. Más allá del nacimiento ya no queda ningún recuerdo. Así que mejor darlo por finalizado.

Pues también me gusta tu interpretación, Lauri. Es curioso cómo escribo un texto creyendo que sólo hay una interpretación posible y uno a uno,a través de vuestros comentarios, os encargáis de multiplicarle los significados.

Anónimo dijo...

Acabo de llegar a blogger y me he encontrado con tus interesantes relatos.
Hay un poema de Rilke que dice "vivo mi vida en círculos concéntricos"...Este hombre dió por finalizado el último círculo, lo cerró en una decisión que era el resultado pesimista de una vida triste, vacía, carente de sentido y de afectos.
Buen ritmo narrativo.
Saludos de una novata.

Nanim Rekacz dijo...

¿Quién puede asegurar que lo que vemos con los ojos interiores no existe? ¿Que lo vivido en un sueño ciertamente no sucedió? ¿Que el pasado no continúa siendo en el presente y adentrándose en el futuro?

Fernando dijo...

Muchas gracias, Víctor, por tus simpáticos comentarios. Volveré a daros la lata con mis poesías cuanto antes. Por cierto, lo que yo llamo "colección privada" es un conjunto de dibujos y cuadros sin mucho valor económico, pero de gran valor sentimental. Un fuerte
abrazo.

Citopensis dijo...

Ahí lo llevas.

Escrito en la memoria.

Víctor dijo...

Bienvenida a las Realidades para lelos, Anabel, y gracias por el comentario. Cuando pueda me paso por tu blog.

Pocas cosas se pueden afirmar, Nanim. Sobre lo que dices: los dos planos son complementarios, no existe interior sin exterior, ni sueño sin vigilia.

Fernando, el valor sentimental vale más que el económico. Sólo el necio confunde valor y precio, dicen por ahí. Esperamos tu regreso.

Quizás tanto recordar, Citopensis, le hizo olvidar de cómo se conduce. No sé...

Anónimo dijo...

Vuelvo a visitarte. He leído tu post ALBADAS(VII),como me recomendaste, y me ha encantado.
Te añado a mi lista para seguir tus letras.
Un abrazo.

Claudia Sánchez dijo...

Una minificción con el realismo mágico del Gabo y final sorpresivo y necesario. Redonda!

Tengo un sitio especial para tí. Te espero.
http://minificciones.ning.com/

Saludos!

Víctor dijo...

Muy agradecido, Anabel, por el comentario y por añadirme a tu lista. Le tengo un cariño especial a la serie de "albadas".

No pensaba en Gabo cuando lo escribí, Claudia, pero si tú lo dices... Cuando tenga tiempo me paso por ese sitio especial que comentas.

Johan Bush Walls dijo...

Se estrelló contra sus recuerdos.

Salú pue.

Víctor dijo...

Sí, Johan. Y jamás olvidará el impacto.

Salú dos lelos!!!