Salgo del aeropuerto, ansioso de vacaciones, y encuentro a un tipo alzando un folio con mi nombre escrito en mayúsculas. Me acerco, intrigado, y me identifico. Encantado, responde. Carga mis maletas en un taxi y, sin volver a mediar palabra, me mete dentro. La carrera termina en la estación de ferrocarriles, donde me espera otro individuo; me acompaña hasta un tren y se despide, no sin antes cargar mis maletas y entregarme el billete como única explicación. Horas más tarde, bajo en la última parada donde otro tipo, tras cotejar mi cara con la foto que sujeta en la mano, me introduce en un autobús que al anochecer me deja en la puerta de mi casa. Deshago las maletas, me pego una ducha y me lamento de no haber hecho ninguna foto.
Criptografía
Hace 4 días
21 comentarios:
¿viaje de placer????????
Saludos
Muy bueno, Víctor, una espiral de sinsentidos que nos conduce a la casilla de partida, sin darnos tiempo para un respiro.
Esto sí que es un viaje relámpago. Al final con tanta crisis, es lo único que vamos a viajar, puaf
Un saludo indio
A la próxima pides una cámara.
Es lo que yo diría, viajar en retroceso...o algo así...
Eres único, Víctor
Besos
BB
Fantástico, Víctor, ya estoy viendo en este relato unos de tus próximos cortos, le va que ni pintado. Me ha encantado la historia, todo ese paseo sin saber muy bien qué está pasando, para regresar al punto de salida, como en la oca cuando caes en el pozo ;) Tal vez simplemente sea que se le han pasado las vacaciones tan rápidas, que casi, ni se ha enterado. Abrazos!!
Víctor me parece una metáfora muy acertada de las prisas y el sin sentido de nuestro tiempo. Y el ritmo del texto se ajusta perfectamente a lo que quieres transmitir. Muy bueno.
Abrazos.
Genial, Víctor. Has logrado cerrar el círculo en un viaje surrealista. Y además, ya sabemos a dónde llevan a los turistas los tipos de las cartulinas. Un abrazo.
Según qué entiendas por placer, Neogeminis. Aunque a mí este viajecito no me desagrada... Un abrazo.
Me alegra que te guste, Alberto, y más aún que lo disecciones así. Un abrazo.
Con eso de la crisis, David, nos tendremos que conformar con viajar con google maps. Que oye, tampoco está tan mal... Abrazos.
O por lo menos, me compro una postal, Esteban. Va, y si me animo, te la mando. Un abrazo internacional.
Sí, América, soy único. Y tú. Y todos. Gracias. Un abrazo.
Ah, pues no lo había pensado, Maite, pero no estaría mal verlo en imágenes. Y sí, también podría ser tu opción, que a veces las vacaciones se esfuman sin enterarse uno... Abrazos.
Ala pues, Agus, contento me dejas. Ya puedo dormir tranquilo y tener las pesadillas de siempre. Un abrazo.
Cerré el círculo, Ricardo, aunque quedara un tanto estrecho. Abrazos y gracias por comentar.
Genial, vaya viaje más surrealista y rápido, sobre todo rápido.
Besitos
Muy bueno. Me encanta que el esfuerzo, la expectación, el viaje se resuelvan en un mero correr en cinta. Transmite una sensación potente y que (algunos) conocemos bien.
Abrazos.
Sí, Elysa, muy rápido el viaje. Aunque no se le puede negar que fue intenso. Y los viajes, como el café, mejor cortitos e intensos que largos y extensos. Un abrazo y gracias por comentar.
Pues sí, Susana, muchos conocemos muy bien ese movernos sin movernos, ese viajar quietos, ese viajar para no moverse del sitio. Me alegra que te gustara. Abrazos.
Bravo. Siempre es un acierto, para mi gusto, partir de una situación cotidiana para crear otra fantástica o surrealista, como es el caso. Como se ha comentado más arriba, el ritmo ¿sincopado? se ajusta perfectamente a la historia contada. Me gusta, sí, señor.
Hasta lueguito,
D.
No sé yo, David, si esas vacaciones sin vacaciones no van a ser un tópico a partir de ahora. Me alegra que os guste el ritmo. Un abrazo.
Muy bueno, como te comentan, creo que lo que mejor funciona en el género fantástico son las situaciones cotidianas en las que se intruduce un elemento de extrañamiento, cuanto más cotidianas, mejor funciona el extrañamiento. Excelente, Víctor.
Víctor, sé de muchos japoneses que viajan así. Eso sí, la cámara es una extensión de sus extremidades. Avión, tren,coche, ... te faltó el barco, supongo que para el próximo puente.
Toíta la razón del mundo, Manu. Cuanto más rara la situación en un contexto de lo más normal, mejor sale el efecto. Ahora que... habría que ir delimitando qué consideramos normal. Un abrazo.
Sí, Manuel, faltó el barco, pero era demasiado lento para mi propósito. Y sobre el otro tema, no sé si son los japoneses los que van de vacaciones con cámara, o son las cámaras las que van de vacaciones con sus japoneses. Abrazos y gracias por comentar.
Resignación Victor, otra vez será.
Saludos.
Pienso, luego insisto, Enmascarado. De resignación, ninguna. Abrazos.
Buenísimo!!!
Gracias, Juanlu. Me alegra que te gustara. Un saludo.
Publicar un comentario