sábado, 12 de septiembre de 2009

Albada (IX)


Me despierto de golpe y me encuentro tendida en el suelo, desubicada. Un hombre, a mi lado, me mira con incredulidad y sorpresa, inspeccionando cada rincón de mi cuerpo. Los dos estamos desnudos. Antes de lanzarme un guiño y una sonrisa pícara, alza las manos al cielo en señal de agradecimiento, aunque las baja rápidamente para cubrirse una herida reciente debajo de la axila.

21 comentarios:

David Moreno dijo...

Original más no poder.
Ese Adán vegonzoso ante la herida por la cual había salido su Eva...

Un saludo indio

Lucía dijo...

Jeje. ¡Qué bueno!
¿Qué será lo próximo que haga el hombre, decirle que no coma manzanas?
Un saludo!

Deprisa dijo...

Buenísimo, un final totalmente inseperado.

Javier Ortiz dijo...

Muy bueno, Víctor… Me he ido a leer otro par de ésta serie, y creo que están muy inquietantes.

Saludos.

Anónimo dijo...

Ingénua e inquetante esta Eva relatando su nacimiento. Creo que es la única capaz de describir su primer instante en este mundo.

Genial y original, como siempre.
Un abrazo.

Unknown dijo...

Creo que Adán nos engañó a todos y se habia comido la manzana antes que la descubriera Eva... esa vergüenza, esa sonrisa pícara... Perdió la inocencia al ver a Eva??
Felicidades por tus escritos!! Me ha gustado descubrir tu página.

Saludos!

Víctor dijo...

Pues sí, No Comments, es original, pero sólo porque cuenta el "origen" mítico de la mujer.

Bienvenida, Lucía. Si el hombre sólo prohibiera comer manzanas, todo nos iría mucho mejor. Pero prohibir engancha, y una vez puesto...

Deprisa, para ti fue un final totalmente inesperado, pero para Eva fue un inicio totalmente inesperado.

Me alegra que te gusten las Albadas, Javier. En breve prometo continuar la serie con alguna más.

No es la única, Anabel; el punto de vista de Adán también debe ser muy interesante.

Bienvenida a las Realidades para Lelos, Atis, y gracias por tus comentarios. Seguro que la descubrió antes que Eva, porque estando solo en el Paraíso se tiene mucho tiempo para investigar la zona.

India Ning dijo...

Mucho más bello que encontrarse con un mono lleno de pelos y jorobado ;)

Esteban Dublín dijo...

Adán fue un mártir. Su sufrimiento para la aparición de Eva demuestra, una vez más, que eso de que el sexo fuerte son las mujeres (porque no se cansan de repetirlo) ha sido un capricho del feminismo.

Víctor dijo...

Nadie ha dicho que el hombre fuera un tipo rasurado e inteligente, India Ning. Porque si Dios lo creó a su imagen y semejanza...

Y todo por culpa de el de arriba: si hubiera creado a la mujer con polvo y soplos como lo hizo con Adán, no habría ningún problema de sumisión ni desigualdades.

Martín Gardella dijo...

La primera gran albada! Muy bueno! Me gustó mucho! Saludos de living

Anónimo dijo...

Bueno, con herida o sin ella, el ruego valió la pena. Lástima el oscuro asunto posterior de la manzana. Para que te fíes de las mujeres.
Gracias por la visita.

Anónimo dijo...

Yo creo que alzaba los brazos, en parte, pidiendo paracetamol para los dolores de cabeza que sospechaba que iba a tener, jejeje. Canisaludos.

Jo dijo...

y sin embargo hay otro relato sobre lilith la primer mujer solo que la religión católica se salió con la sya borrando a lilith y poniendo a eva

de esas heridas ocultas casi no se sabe


lo sabiaS?

Víctor dijo...

Pero no la última, Martín, no la última, que tengo más preparadas. ¿O lo dices porque las ocho anteriores no te gustaron? ;)

La verdad, Paseante, es que la comió porque él quiso, porque mucho mucho no insitió Eva. De todos modos, de quien no debemos fiarnos es de las serpientes. Y de alguna que otra lagarta.

Lo dices sólo por los dolores producidos por la herida en el costado, ¿no Xarat? Caricias a Mahatma de mi parte.

Bienvenida a las Realidades para lelos, Jolie, y vuelve cuando quieras. Conocí la historia de Lilith no hace mucho, a través de un relato que leí en otro blog. Y me pareció muy interesante: la única persona que abandonó el Edén por voluntad propia; a ella no la tuvieron que expulsar, como a los otros dos. Una pelirroja muy resolutiva, ella, protagonista del primer gran plantón de la historia.

sav dijo...

Perfecto!
Gran relato, felicitaciones.

Te sigo desde ya.

Un saludo

Víctor dijo...

Gracias, Sav, espero que te gusten también los otros relatos del blog. Un saludo.

Naida dijo...

Bueno, por lo que dijiste de la opinión de Martín me vine aquí sin leer las albadas entre la la 2 y la 8.
Me gustó :o)
La sonrisa pícara, eso es lo mejor, el esconder las heridas (esconder la ¿delibilidad?) ante la mujer, eso, ya vemos que es ancestral. El admirar el cuerpo, eso es lo sumblime.
Un abrazo.

Víctor dijo...

Naida, con tu comentario aportas al relato significados que ni siquiera se me ocurrieron cuando escribí el texto. Pásate por las otras albadas, a ver qué te parecen.

Un saludo.

Oriana P. S. dijo...

Si un buen día se te ocurre escribir la versión paralela de la Biblia no olvides avisarme :) La leeré con muchísimo más gusto que la original :P

Víctor dijo...

Pues se me va ocurriendo, Oriana, pero poco a poco. Si quieres, para ir abriendo boca, puedes clicar la etiqueta "Bíblicas" en el índice temático del lateral. Cuando tenga acabado el antiguo testamento, te aviso. Te lo juro. ;)

Un abrazo.