Al principio no percibía el constante tictac pero desde un tiempo para acá lo oye a todas horas, cada vez con más intensidad. Los primeros días, sin embargo, llegaba incluso a parecerle divertido. Al caminar, se entretenía armonizando rítmicamente sus pasos con el acompasado repiqueteo que sólo él escuchaba en su muñeca izquierda, pero también en el pecho y casi sin fuerza en las sienes. A veces se sorprendía a sí mismo moviendo la cabeza y los hombros, mientras marcaba el ritmo con los pies, como bailando, y se reía como un tonto, enrojecido y avergonzado. Pero ahora ya no lo soporta más. El sonido cíclico y penetrante se le ha metido en la cabeza, y no lo abandona nunca: ni en lugares ruidosos ni en el silencio de su apartamento.
El problema, de todos modos, tiene fácil solución: se apunta al pecho con el revólver, a la altura del corazón, y aprieta el gatillo haciendo coincidir la detonación con el último tictac.
17 comentarios:
Uff, ¡Qué drástico!, hubiera sido más facil quitarse el reloj...pero entonces el relato hubiera carecido de fuerza e interés.
Un buen final.
Un abrazo.
Es que a veces el tiempo nos hace sentir demasiada impotencia. Cuando queremos que transcurra deprisa, va despacio, cuando queremos que vaya despacio, nos descubrimos de pronto con un "revólver" involuntario apuntándonos al pecho.
E incluso en esas noches en las que padecemos insomnio por culpa del tiempo, no dormimos escuchando la nana del Tic-tac.
Desesperante.
No hay manera de deshacerse del paso del tiempo, acabar con él antes de que él acabe con nosotros?
Quizás sea una buena solución, quizás no..
Sin duda haces pensar.
Saludos.. :)
sabes? ami me agrada el sonido del Tic Tac en las noches, me recuerda q el tiempo ya esta pasando y q va a amanecer.
un abrazo
Lo paradójico es que luego de realizar el disparo, va a haber un par de tics y un par de tacs más.
Una metáfora de aquel que no soporta sentir el paso del tiempo. Me dejas pensando. Un abrazo
Es un sonido despiadado, sin duda.
Abrazo
Que buen relato.
Saludos
Ni Edgar Allan Poe, oiga...
Besicos
Sólo apuntar que los relojes también pueden ser interiores, y que el corazón y sus latidos son un buen metrónomo.
Anabel, quizás el tictac era el del corazón, y no el del reloj. Ahora ya es demasiado tarde para saberlo.
Sí, Lunhe, más importante es dominar el tiempo que dominar el mundo.
Una más, si encuentro la respuesta te la cuento. Destruir los relojes no funciona.
¿Y no duermes nunca, Campanula? Yo no soporto ese ruido toda la noche.
Puede ser enloquecedor, Ayahara, pero loco no se está tan mal.
Yo sólo escuche un largo zumbido tras el disparo, Esteban. Quizás estuviera muy cerca.
Por ahí van los tiros, Martín.
¿La detonación o el tictac, Cloe?
Me alegra que te guste, Sav.
Sí, algo pillé de "El corazón delator", Belén.
Tal vez no soportaba oir como el tic-tac de su corazón le hacia compañía en su soledad.
Un abrazo,
Oír constantemente el tictac puede convertirse en un infierno, Clara.
Lo llamaría Cuentos de dolor, de locura y de muerte. Oye, ya te he dicho que eres genial cierto? Me encantó!
Saludos!
Gracias por el halago desmedido, Claudia. Y me alegro que te encantara el relato.
A veces no podemos con el tic-tac de nuetra conciencia.
Me ha gustado mucho, Víctor.
Más abrazosssssss
Miguel
Ni con el de nuestro corazón, Miguel. Me alegra que te gusten.
Un saludo.
Me encanta que rebusques entre los cuentos antiguos para ver qué encuentras. Señal de que te gustan algunos de mis textos y quieres más. Espero que tú no termines con el tictac del mismo modo que el protagonista. Un saludo.
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