jueves, 2 de septiembre de 2010

Visita hospitalaria


El tipo de blanco, vigilante del turno de noche, se empeña en no dejarme entrar en la habitación. Que si vuelva usted de donde ha venido, que si infringe las normas, si se entera el de arriba me la cargo, que si su visita puede alterar las constantes vitales del accidentado... además, usted no puede pasear a sus anchas por el hospital, después del tremendo choque que ha sufrido, tendría que estar tumbado, inmóvil. Y encima a estas horas. Pero tanto insisto –será sólo un momento, tiene que verme, se desmayó cuando se accionó el airbag y no sabe cómo me encuentro- que al final me concede un par de minutos para estar con él. Aunque apenas hago ruido, cuando me siento a los pies de la cama se despierta. Le digo que allí me tiene, que esté tranquilo, y que no se preocupe ni por el coche, siniestro total, ni por mí. Un accidente lo tiene cualquiera, y más en aquella curva tan cerrada. Sonríe y me guiña el ojo izquierdo, antes de quedarse dormido de nuevo.

Abandono la habitación, le agradezco el favor al tipo de blanco, que agita sus alas satisfecho por su buena acción del día, y vuelvo al túnel para seguir hacia la luz.


20 comentarios:

Anita Dinamita dijo...

Increíble... como el sexto sentido, al terminar está la necesidad de volver a leerlo poniendo atención, a ver si se vislumbra por algún lado el final, pero nada, oye, ni un resquicio de lo que nos espera.
Felicidades!

Maite dijo...

Debo confesar que me he perdido un poco, lo he tenido que leer dos veces, pero el final sorprende de veras. Siempre intentando nockear al lector, y lo consigues. Un fuerte abrazo.

BB dijo...

Sensacional este micro. La urgencia de ese hombre que ya ha emprendido el viaje final, por despedirse del amigo que deja atrás y poder seguir su ruta hacia la luz.
Me ha encantado
Un abrazo
BB

Propílogo dijo...

Prosa sencilla para una historia impresionante y maravillosa.
Felicidades.
P.

David Moreno dijo...

Fabuloso. Ese último párrafo, esas dos líneas y media dan la vuelta perfectamente.
Mientras leía el "largo" primer párrafo no intuí lo que venía después.
Buen camino el que llevas de nuevo después de las vacaciones. A seguir Víctor.

Un saludo indio

Mar dijo...

Me encantó, son de esos con final feliz después de todo ("después de todo" de la forma más literal posible).

Saludos

Claudia Sánchez dijo...

¡Demoledor Víctor! me quedo con un nudo en la garganta mira... excelente!
Besos,

Lola Sanabria dijo...

Sin trampa ni cartón pues no busca a propósito confundir al lector,(ya avisa cuando dice que su presencia puede alterar las constantes vitales del enfermo)¡Y qué tierno ese final! Me ha gustado.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con Lola(por favor que nadie venga con lo de final previsible que me cansa ese comentario, la vida también tiene un final previsible y sin embargo es emocionante vivirla o no?). No engañas en ningún momento y sin embargo el lector tiene el campo abierto hasta el punto final en el que nos dejas ver del todo el aspecto del personaje.
Un abrazo
R.A.

David Baizabal dijo...

GENIAL, Víctor, eso del ángel estuvo muy bien, pero no te conformaste -y eso es lo que me gusta más- con eso, sino que encima lo del tipo del túnel.

Muy bien,

Maribel Romero dijo...

Se dejaba un poco entrever el final, lo que no le resta ni belleza ni calidad. Muy bueno.
Un abrazo.

Miguel dijo...

Precioso cuento, yo no esperaba el giro que lr diste.

Saludos

Víctor dijo...

Pues algunas pistas sí que fui dejando, Anita. Por ejemplo: "si el de arriba se entera me la cargo", "tendría que estar tumbado, inmóvil", "aunque apenas hago ruido"... Un saludo y gracisa por comentar.

Bueno, espero que te recuperes pronto de la nockeada para estar a punto para el siguiente micro. Un abrazo.

Gracias, BB. Ya lo dicen, que nunca es tarde si la dicha es buena... Saludos.

Me alegra que te gustara, Propílogo. Un abrazo.

Veamos si puedo continuar así, Indio. Por el bien común, espero que sí. Un abrazo.

Pues sí, Marcia y compañía, aunque no lo parezca, es un final feliz. Cuatro abrazos.

Víctor dijo...

Vas acá que lo desato, Claudia. Gracias por comentar y me alegra que te gustara. Un abrazo.

Como le dije a Anita en comentario de más arriba, Lola, alguna pista para confundir al lector sí que voy dejando, aunque con el doble sentido pasan desapercibidas. Un abrazo.

Tienes razón, Rosana, no engaño, aunque tampoco digo toda la verdad. Pero... callarse toda la verdad no es mentir, ¿no? Me gustó eso de la previsibilidad: la vida se sabe como acaba pero sólo unos pocos dejan de vivirla por ese motivo. Un fuerte abrazo.

Si te digo la verdad, David, lo del ángel vino después. En el principio (me salió esto muy bíblico), decía que en el principio sólo hubo la luz del túnel. Después llegó lo del ángel. Un abrazo.

Me alegro de que te gustara, Maribel. Buen regreso y gracias por comentar.

Pues entonces, Miguel, misión cumplida. Un abrazo.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Un final totalmente inesperado, por lo menos yo no lo esperaba! ;)

Víctor dijo...

Los mecanismos de despiste, por lo visto, funcionaron, Neogeminis. Un saludo y gracias por comentar.

Manu Espada dijo...

Hace poco estuve en uan conferencia de un editor de Alfaguara y dijo que este año se van a llevar los ángeles, en sustitución de los vampiros, estás en la línea, envíales el micro...

Víctor dijo...

Lo consulto con mi ángel de la guarda, Manu, y si me da permiso lo mando.

Un abrazo.

Unknown dijo...

BRAVOOO. Buenísimo relato, se vive como ver un film. Excelente carga de imágenes.

Víctor dijo...

Gracias, Carlos. Me alegra que te gustara. Un saludo.