martes, 5 de junio de 2012

Círculo abierto


Salgo de casa, cruzo el jardín, abro la verja y miro hacia la derecha, donde mi vecino, tras salir de casa, cruzar el jardín y abrir la verja, mira hacia la derecha, donde su vecino, que ha salido de casa, cruzado el jardín y abierto la verja, ahora mira hacia la derecha. Por mucho que presienta esta mirada punzante en el cogote, no pienso mirar a mi izquierda.

Microrrelato-Microficción-Hiperbreve-Microcuento


19 comentarios:

CARO GARCÍA dijo...

Así son nuestros tiempos, Víctor, por lo menos para la gran mayoría de las personas.
Las acciones en masa, la falta de personalidad, la rutina que nos maquilla a todos con el mismo tono, transformándonos en zombies de los días de terror...
Pero a veces las cosas son distintas, y entonces miro a mi izquierda y me encuentro con tu blog, con tus nuevos obsequios, con tu mirada tan especial para describir lo que está a nuestro alrededor, y que me permite conocer lo que tantas veces me punza en el cogote y me pierdo por no girar la cabeza.
Un beso Víctor, y felicitaciones por la presentación de Perverti2.

Anita Dinamita dijo...

Es como cuando te miras en un doble espejo, pero intentando tapar uno de los lados.
Me gusta mucho como está escrito, hasta que no lo dices no se nota esa mirada a la izquierda.
En realidad siempre miramos al que no nos mira.
Un abrazo

Luisa Hurtado González dijo...

Y de este modo tenemos un círculo de miradas de vecinos de una urbanización como la de la foto que rodea todo el planeta.
¿Para qué mirar a la izquierda si vas a ver lo mismo?

Un horror, vamos, y no me refiero al micro evidentemente.

Nicolás Jarque dijo...

Un relato encadenado en toda regla, no por el ejercicio de utilizar las últimas palabras de una frase para iniciar otras, si no por como se presentan los personajes.

Surrealismo de la realidad.

Un abrazo.

Rosa dijo...

Un círculo cerrado diría yo.

Besos desde el aire

BB dijo...

Eso somos, todos siguiendo el mismo patrón, iguales, sin atrevernos a romper el molde, mirar hacia otro lado, mirarnos...
Me ha gustado muchísimo, Victor.
Un abrazo fuerte.

AGUS dijo...

Muy bueno, Víctor. Por lo cuentas y la manera que has elegido para hacerlo, pues me parece la mejor. Y eso a menudo marca la diferencia. Hipnótico.

Abrazos.

Laura dijo...

Buen micro para una urbanización de pareados en círulo. Si fueran en línea, el primero no sentiría ojos en cogote y podría salirse de la fila y mirar tranquilamente a su izquierda, y el siguiente, y el siguiente ...

Ese es el problema de las masas, que normalmente se concentran en círculos sin ofrecer cabida a opiniones disidentes.

Muy chulo y muy circular ;)
Besos desde mis palabras.

Belkys Pulido dijo...

Quizás en esa memoria colectiva, el mirar hacia la derecha forma parte del ritual establecido. Ah, pero un cambio hacia la izquierda, puede provocar una avalancha de transformaciones para lo cual, no esta preparada la individual cotidianeidad.

Maite dijo...

Me encantan estas historias circulares que manejas tan bien, con el lenguaje preciso que hace que cada individuo tenga su espacio, su momento justo.
Sigues en forma :)

Pedro Sánchez Negreira dijo...

Muy borgiano en su apuesta por lo circular de la imagen, Victor.

Creo que este micro refleja -en buena medida- la sensación dan -desde fuera- esas urbanizaciones donde se ha intentado estandarizar el lujo.

Un abrazo,

Víctor dijo...

Gracias por todo eso que dices, Caro, y por mucho más. Hay que aprender a mirar a la izquierda. O atreverse, por lo menos. Un abrazo.

Llevo un ratito dándole vueltas a eso de "en realidad siempre miramos al que no nos mira", Ana. Me voy a la calle en busca de quien me mire. Un abrazo.

¿Por qué mirar a la izquierda, Luisa? Por si acaso. Nunca se sabe. Un abrazo y gracias por el comentario.

Me salió un círculo, Nicolás, sí, pero no me atreví a cerrarlo. Mejor así, creo. Un saludo.

No se cierra hasta que se mira a la izquierda, Rosa. Saludos desde el suelo.

Me alegra muchísimo que te guste muchísimo, América. Habrá que ir pensando en mirar hacia otro lado o romper el molde... Un abrazo.

¿Hipnótico, Agus? A la que diga tres te despertarás y me dedicarás "Sentido sin alguno". Uno, dos... Abrazos.

Vivimos en nuestras rutinas, Laura, que no son otra cosa que rutinas adosadas. Hay que aceptar la disidencia, hay que romper algunos círculos. Un abrazo y gracias por pasarte.

Bienvenida a las Realidades para lelos, Belkys, y gracias por comentar. No quise darle un aire político al cuento, aunque una vez escrito vi que podía ser muy fácil leerlo en ese sentido. Muy de acuerdo con tu comentario. Un abrazo y regresa cuando quieras.

Las historias circulares o en espiral siempre me han gustado, Maite. O sea, que a la hora de escribir, me cuesta sacármelas de la cabeza. ¿En forma? Bueno, eso lo dices tú. Yo más bien me veo en barbecho. Un abrazo gordísimo.

Acepto lo de borgiano si se refiere a la apuesta, Pedro. Lograrlo ya es otra historia. Y sí, tienes razón en eso de estandarizar el lujo. Las chabolas, en cambio, son todas tan distintas... Abrazos.

Miguelángel Flores dijo...

Qué bueno, Victor. Es lo que tienen las casas apareadas. Y las vidas apareadas, lo mismo. Me encanta la imagén que me provocas.
Un abrazo.

PD. Este no se autoborrará, creo.

Xesc dijo...

Creo que es el frío de lo cotidiano explicado de una forma tan directa, sencilla y agobiante lo que hace que me haya quedado atrapado, casi con tortícolis mirando hacia la derecha. No sé porqué. Pero así estoy.
Culpa tuya, claro.

Excelente Víctor.

Abrazos

Víctor dijo...

Bien. Conseguido, entonces, Miguel Ángel. Algo así buscaba. Veo que has solucionado lo de los comentarios. No me hagas mucho caso con el que te dejé que soy un poco peliculero; si hubiera podido, lo hubiera escrito con tinta invisible, o algo del doctor Q. O del Inspector Gadjet, que para el caso va de perlas. Un abrazo.

Fíjate, Xesc, que yo cuando lo leo me da la impresión de meterme en una espiral de adosados. Pero me gusta eso de que te hayas quedado mirando hacia la derecha. ¿No probaste hacia la izquierda? Lo siento por tu tortícolis. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Y yo que quería vivir en un adosado... no sé que es peor, vecinos en vertical o en horizontal. Me encantó el microrrelato. Un saludo.

Francesc Barberá

Víctor dijo...

Lo peor son los vecinos, Francesc. A secas. Me alegra que te gustara. Un abrazo.

Lola Sanabria dijo...

¡Qué agobio! Mejor me quedo en mi piso y salgo mirando al suelo, o al perro del vecino, aunque tal vez aparezca otro perro de otro vecino.

Me gustó.

Par de abrazos.

Víctor dijo...

La vida está llena de círculos, Lola. El cerrarlos o el dejarlos abiertos está en nuestras manos. Me alegra que te gustara. Un abrazo.