Hace años, te marchaste para siempre, sin avisar, dejando mi corazón hecho añicos, y yo me quedé solo, destrozándome el hígado para olvidarte. Después de tanto tiempo, el alcohol no ha conseguido borrar tu recuerdo; y para colmo, el doctor sigue empeñado en que sufro un grave problema hepático, cuando en realidad -sólo tú y yo lo sabemos- se trata de una cardiopatía aguda.
Criptografía
Hace 2 días
4 comentarios:
Me gustó mucho Víctor! Te invito a que leas este viejito, no cortito.
http://sanchezclaudiabe.blogspot.com/2008/11/ambar.html
Saludos!
Oooohhh, Víctor!!
Triste, pero efectivamente bueno. Es muuuy rico pasearse por tus cuentitos antiguos, hay muchas sorpresitas.
Otro abrazo.
Llegué muy tarde a tu comentario, Claudia. Pero prometo leer ese relato que me dices. Un abrazo.
Para mí, Oriana, es un placer que te pasees por mis cuentos "viejitos". Y sí, es triste que a veces confundan problemas de corazón con problemas de hígado. Siempre hay que buscar la causa primera. Un abrazo.
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