Durante los cuarenta días y cuarenta noches que duró el diluvio, Noé y compañía fueron simples náufragos a la deriva; los verdaderos amos del mundo fueron los peces.
(Publicado en la revista Siqmunda, nº 2)
Durante los cuarenta días y cuarenta noches que duró el diluvio, Noé y compañía fueron simples náufragos a la deriva; los verdaderos amos del mundo fueron los peces.
15 comentarios:
:) que bueno.
Saludos
... y ahora llevamos más de veinte siglos vengándonos: pronto no quedará ni uno. La venganza es un plato que se sirve frío.
Que lindo ser pez...
Buenisimo micro! Un abrazo
Y tan...
Besicos
Muy muy bueno, Víctor.
Desgraciadamente hoy lo naufragos son los peces.
Saludos.
Estaba claro que tenia que estar ahí... Puede que quizá no solo sea un microcuento.
Qué bueno... que te guste, Sav.
Tienes razón, Paseante, que se lo pregunten a los atunes.
Martín, ya lo decía Juan Luis Guerra eso de "quisiera ser un pez"... ¿no?
¿Y tan... qué, Belén?
Bueno, Rafael, quizás encuentren una pecera desierta.
Arcangelo: ¿te equivocaste de post al comentar o yo no pillo nada? ¿Quién tenía que estar ahí?
Me gustó! La Biblia es una enorme proveedora.
Saludos!
Sí, Claudia, una enorme proveedora. Tiene tantos argumentos e historias como panes y peces.
Y tan jefes que eran los peces, hijo... tanta agua...
Besicos
Ahora te entiendo, Belén. Porque... ¿Noé no llevaba peceras en el arca?
Nunca nadie había reparado en ese pequeño detalle.
Saludos.
Javier, supongo que Dios sí debió reparar en ello, ¿no? ¿O quizás los peces fueron los únicos no merecedores del castigo divino?
Más de una vez me digo que somos nostros los extraños en este planeta.
Un abrazo.
Miguel
Y aun así, Miguel, nos movemos por la tierra como peces en el agua. Aunque destruyéndola a toda prisa.
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