jueves, 15 de diciembre de 2011

Convivencia


Al poco de compartir piso, dejaron de conversar como solían. Atrás quedaron aquellas largas charlas de madrugada, en las que iban conociéndose uno al otro, y más lejos todavía los cafés plagados de confidencias y secretos, sin relojes ni rutinas. Pasaron del cariño qué tal te ha ido el trabajo al silencio en apenas semanas, hasta acabar convertidos en dos extraños cohabitando bajo el mismo techo. Tanto llegaron a desconocerse que un día se encontraron en el pasillo, se presentaron y quedaron para cenar. Ahora, enamorados hasta la náusea, están pensando en irse a vivir cada uno a su casa.




17 comentarios:

Maite dijo...

Me gusta mucho ese final donde lo inverso es lo perfecto. Tal vez yo entrecomillaría ese "cariño qué tal te ha ido el trabajo" porque me ha hecho pararme bruscamente y tener que reiniciar la frase, pero tal vez sea problema mio :s

Unknown dijo...

Se me han puesto los vellos de punta; dentro de dos semanas me voy a vivir con ella...

Luisa Hurtado González dijo...

No tiene por qué ser una mala solución, si la toman juntos como parece, lo absurdo sería hacer otra vez lo que ya ha fallado antes; hay más parejas así de las que nos creemos y no es malo, todo lo más, es distinto o nuevo.

Javier Ortiz dijo...

En este micro sería palicable lo de: "la realidad supura la ficción".

Saludos.

manuespada dijo...

Este micro demuestra, una vez más, lo efectivo de la técnica de la "inversión". Fueron felices y comieron perdices cada uno en su casa. Qué grandes verdades tiene este texto, cómo mata a veces la convivencia el amor. Debería ser obligatorio que las parejas vivieran separadas. Un abrazo.

Daniel Sánchez dijo...

Ufff cuanto giro. Creo que me he mareado. Muy bien estructurado.

Por cierto, ayer se abrió una discusión en mi blog entre Jesús y yo. Por si te interesa apuntar algo.

http://microrrelatoapeso.wordpress.com/2011/12/14/anita/#comments

Manuel Rebollar Barro dijo...

Con vivencias así no habría convivencias (con todo el desgaste que ello entraña). Buen corto, Víctor. Como bien dice Manu, lo inverso, si está bien narrado como es el caso, siempre funciona (aunque, probablemente, si viéramos a tu pareja en el futuro, seguro que volverían a intentar irse a vivir juntos con los mismos resultados).

Ricardo Álamo dijo...

Una historia de ida y vuelta, de vuelta e ida, cíclica. Muy bueno, Víctor. No esperaba ese final. Un abrazo

AGUS dijo...

Es un micro con una idea muy potente, Víctor. Y además de la resolución, me gusta mucho - tal y como señala Ricardo - su carácter cíclico, lo que posibilita que tenga vida más allá del punto final. Que el lector siga escribiendo después es, sin duda, una señal inequívoca de calidad.

Abrazos.

Víctor dijo...

Gracias, Maite. Sobre lo de entrecomillar la frase te diré que hace un tiempo me gusta colocar los diálogos a saco, sin comillas ni nada que lo indique, sin transición. No sé si es lo más adecuado, pero me gusta así. Pero gracias por el aporte. Abrazos.

Pus nada, Adrián, que haya mucha suerte. Y más diálogo. Abrazos a los dos.

En eso tienes razón, Luisa, si la decisión es conjunta, todo recto. Un saludo.

Como el peor de los granos, Javiar. Y algo de realidad, como en todos los textos, hay. Abrazos.

Sí, funciona la inversión, Manu, pero mejor no abusar de ella. Ir variando es lo que toca. Un saludo.

Tómate una biodramina, Dani. Y ya me pasé por tu blog para dejar mi opinión. Buena conversación se lió ahí. Saludos.

Sí, Manuel, esto tiene pinta de convertirse en una espiral sin final. Aunque bueno, es lo que hay, de arriba a abajo y de abajo a arriba. Y a ir viviendo. Abrazos.

Me alegra que te gustara, Ricardo. No esperaba que el final sorprendiera mucho. Un abrazo.

Es que lo cíclico, Agus, es algo que me atrae. De hecho, tengo varios micros cíclicos en el blog. Preguntaré a mi psicoanalista qué significa eso... Abrazos.

Juanlu dijo...

Encantador círculo, pena que en la realidad no se suele cerrar y una vez se apaga todo cada uno enfila su camino por separado.

Un abrazo!

David Moreno dijo...

Plas plas y plas.
Este micro me gustó mucho. Inversión de la realidad, giro a la vida.

Un saludo indio

Elysa dijo...

Me gusta, este micro de vuelta a empezar... ahora me toca imaginar que sigue...

Besitos

Enmascarado dijo...

Esto es algo que de alguna manera pasa hasta en las mejores familias. De cualquier manera, tomando la experiencia vivida, lo deberían de tener claro.
Saludos.

Pablo Gonz dijo...

Los sentimientos bullen y mutan. Nos dan trabajo a los que tenemos que escribir sobre ellos.
Otro abrazo,
P

Jesus Esnaola dijo...

Lo siento, Víctor, pero tendrás que esforzarte más si quieres que pase por aquí con la espada de la ABLACC en ristre.

Este micro me ha gustado mucho. Sólo me chirrió un poco ese "hasta la náusea", pero es cuestión de gustos. Y a mí me gusta mucho cuando el diálogo se intercala en la narración, aunque entiendo lo que dice Maite.

Abrazos.

Víctor dijo...

Eso, Juan Luis, es porque somos unos conformistas. Cerramos el círculo porque queremos, pero si en lugar de eso lo convertimos en espiral, tiene mucha más gracia. Bienvenido a las Realidades para Lelos y gracias por comentar. Regresa cuando quieras.

Me alegra que te gustara, David. El jurado donde lo envié, no opina lo mismo. Pero nada, a seguir. Un abrazo.

Pues nada, Elysa, a imaginar. Si sale algo guapo, ya me lo dirás. Abrazos.

No solo hay que basarse en la experiencia, Enmascarado, basarse en la inexperiencia de vez en cuando da buenos resultados. Saludos.

Sí, Pablo, y nos ayudan a sacar esos recuerdos. Abrazos.

No te preocupes, Jesus, que dentro de nada me desgarran tus secuaces de la ABLACC con tu figura al frente. Tiempo al tiempo. Tienes razón en ese "hasta la náuse", chirría un poco. Veré si lo cambio, porque no aporta demasiado, por no decir que resta algo. Y sí, a mí me encanta intercalar el texto y el diálogo. Un abrazo.