Cuando lo privado se hace público, ya no hay marcha atrás. Defraudarse a uno mismo es soportable, pero defraudar a los demás es imperdonable. Lo prometido es deuda.
Estoy con Mar, prólogo ideal para un nano muy bueno, una vez echada la carta (cuando lo privado se hace público) ya no podía haber vuelta atrás para el suicida.
Pero se queda sin leer su esquela publicada, que es por lo que da pena morirse, David. Un abrazo.
¿Me nanosalgo, Ana? Neologizando eres la bomba. Un abrazo sin petróleo.
Tirar la carta al buzón es el primer disparo. Lo de después, inercias. Un abrazo, Paloma.
Eso, Nicolás, y que además es una buena manera de envalentonarse. Un abrazo.
Te diré, Mar, que tardo más en la introducción que en el nano. Pero disfruto igual con los dos. Un abrazo.
Es que si te echas atrás, Maite, luego te dicen de todo, te amargan la vida hasta que lo consigues. Un saludo.
Una vez en el riel, América, ¡más madera! Abrazos.
Pues vaya marranada, Pablo. Se queda el suicida inédito. Oye, estoy con lo tuyo, però ho porto una mica endarrerit. Tú ya me entiendes. Supongo. Un abrazo.
Privatizar lo público sí que es un suicidio, David. Bien visto. Muy bien visto.
Estic sinistre a diestro y siniestro, Dulós. I pervertit. Pero mola ;)
No te preocupes, Juan Luis, que tal como está el servicio de correos... Abrazos más que agradecidos.
Gracias, Carmen. Espero que hayas disfrutado el reato que te quedaste. Vuelve cuando quieras: las puertas están abiertas. Un abrazo y gracias por comentar.
Otro nano que me gusta, y Víctor que los seres humanos somos así de absurdos capaces de hacer algo por pura correcciòn o por no enmendar... Supongo que era un suicida indeciso y quiso asegurarse para no dudar.
¡Coñe! Pues la próxima vez, Rosana, te pido como jurado de los nanorrelatos... Supones bien. Es curioso que decir en público que haremos algo nos compromete a hacerlo y en cambio, cuando lo decimos a nosotros mismos, nos resulta muy fácil incumplir nuestra palabra. Ay, humanos... Un abrazo, Rosana.
18 comentarios:
Me da que dejó todos los flecos atados, para que no hubiera duda.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Por si acaso, una vez hay esquela, seguro que no hay marcha atrás.
Buen nano, Víctor, estás que te nanosales.
Abrazos
Eso es sangre fría, estupendo nano.
Un saludo
No podía ser de otra forma, ya que cometes el hecho, querrás que sea publico.
Un abrazo.
Yo no sé cúal es mejor, sin el nano, o la introducción. Un abrazo.
Estoy con Mar, prólogo ideal para un nano muy bueno, una vez echada la carta (cuando lo privado se hace público) ya no podía haber vuelta atrás para el suicida.
Un suicida que cuida de todos los detalles. Una vez en el riel, no hay marcha atrás...
Un abrazo
Pero no la publican por impago. Ay, en que no se puede estar a todo.
Abrazos fuertes,
P
Y cuando se privatiza lo público, ¿hay marcha atrás? Ojalá...
Et vec siniestrin últimament... ;)
Más razones para no vivir...que pena.
Un abrazo!!
Pero se queda sin leer su esquela publicada, que es por lo que da pena morirse, David. Un abrazo.
¿Me nanosalgo, Ana? Neologizando eres la bomba. Un abrazo sin petróleo.
Tirar la carta al buzón es el primer disparo. Lo de después, inercias. Un abrazo, Paloma.
Eso, Nicolás, y que además es una buena manera de envalentonarse. Un abrazo.
Te diré, Mar, que tardo más en la introducción que en el nano. Pero disfruto igual con los dos. Un abrazo.
Es que si te echas atrás, Maite, luego te dicen de todo, te amargan la vida hasta que lo consigues. Un saludo.
Una vez en el riel, América, ¡más madera! Abrazos.
Pues vaya marranada, Pablo. Se queda el suicida inédito. Oye, estoy con lo tuyo, però ho porto una mica endarrerit. Tú ya me entiendes. Supongo. Un abrazo.
Privatizar lo público sí que es un suicidio, David. Bien visto. Muy bien visto.
Estic sinistre a diestro y siniestro, Dulós. I pervertit. Pero mola ;)
No te preocupes, Juan Luis, que tal como está el servicio de correos... Abrazos más que agradecidos.
Qué bueno,buenísimo matas dos pajaros de un tiro... Es corto,breve muy breve pero se entiende a la perfección.
Te acabo de encontrar en este mar de ventanas abiertas y me quedaré por aquí un rato.
Besicos
Gracias, Carmen. Espero que hayas disfrutado el reato que te quedaste. Vuelve cuando quieras: las puertas están abiertas. Un abrazo y gracias por comentar.
Ya no hay marcha atrás y mejor que sea él el que escriba la esquela ¿no?
Besitos
Pues sí, Elysa, mejor así, porque escribir tu propia esquela es el único modo de poderla leer. Un abrazo.
Otro nano que me gusta, y Víctor que los seres humanos somos así de absurdos capaces de hacer algo por pura correcciòn o por no enmendar... Supongo que era un suicida indeciso y quiso asegurarse para no dudar.
Abrazo
¡Coñe! Pues la próxima vez, Rosana, te pido como jurado de los nanorrelatos... Supones bien. Es curioso que decir en público que haremos algo nos compromete a hacerlo y en cambio, cuando lo decimos a nosotros mismos, nos resulta muy fácil incumplir nuestra palabra. Ay, humanos... Un abrazo, Rosana.
Publicar un comentario