El soldado enemigo agonizaba tras el combate en la trinchera, pálido y desarmado, intentando en vano tapar la hemorragia de la pierna. Dentro de nada estarás muerto, cerdo, le grité con la soberbia del vencedor. Tú también, iluso, fueron sus últimas palabras antes de desfallecer. Y medio siglo después, en mi lecho de muerte, recuerdo aquella escena como si hubiera ocurrido ayer.
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Este microrrelato se publica también hoy
(coincidiendo con la Semana de España)
en la sección Interbreves
de la Internacional Microcuentista,
revista de microrrelatos y otras brevedades.
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20 comentarios:
Acertado. Pasamos aquí presentes nuestros quince minutos.
Buenos quince minutos, ¡cómo para no recordarlos!
Muy bueno Víctor, es que todos vamos a pasar por ahí, antes o después. Me pregunto si volverá a ver al soldado enemigo, por lo pronto ya es una de las imágenes que le pasan por la cabeza antes de morir.
Un abrazo
Plas plas plas.
Me lo guardo para mis favoritos, con tu permiso Víctor.
Un saludo indio
Efectivamente. Morirá también dentro de nada. El tiempo es relativo.
Has vuelto a despistarme, creía que estaba escrito en tercera persona y luego, en realidad, era en primera.
Un abrazo, Victor.
Un buen micro que te invita a reflexionar. Terminas de leerlo pero le sigues dando vueltas. Me gusta.
Un abrazo.
Una vez más aparece la relatividad del tiempo, algo que sucedió hace mucho, y sin embargo parece que fue ayer. Mismo destino para dos hombres terriblemente enfrentados. Al final, realmente era un iluso.
Es estupendo este micro, porque se puede estar una hora hablando de él, tiene tantas vertientes...la vida, la vejez, el tiempo, la guerra, la enemistad...
Bravo.
Me gustó, Victor. Dentro de nada, me gustará más.
Un abrazo.
David.
Siempre hemos pensado en el tiempo como algo fijo e inamovible. Nada más lejos de la realidad, mañana es ayer muchas veces.
Es buenísimo Victor por la paradoja que creas entre ese nada y los años que pasan hasta que el prota muere. Carpe diem, todos estamos y estaremos muertos, sólo nos queda el cómo vivimos ese intervalo tan breve, cómo llenamos esa nada. Lo había leído esta mañana y me ha gustado todo él.
Un saludo
Víctor, que te lo dije allí, te lo digo aquí y si hace falta en la luna: Excelente. Otro de mesita de noche.
Un abrazo, buen finde.
Bravo, me encantó. Es increíblemente original. Por aquí me quedo, en el hueco que hay entre tus letras.
Un saludo.
Muy bueno.
Felicidades.
Y decir un cuarto de hora ya es decir mucho, Carlos. Un abrazo, y gracias por el repaso que le diste al blog.
Quizás sería más apropiado decir que nos recuerden otros, Luisa. Bienvenida a las Realidades para Lelos, gracias por comentar, y regresa cuando quieras.
Ya se lo preguntaremos a él cuando lo encontremos, Anita. Un abrazo.
Permiso concedido, David, aunque no sé por qué te gusta tanto. Un abrazo.
Relativísimo, Torcuato. Ah, y esta vez no intenté engañar a nadie con el cambio de persona. Fue casual. Un abrazo.
Sí, Maribel, hay que reflexionar, que la vida es cortísima. Un abrazo.
¿En serio eres capaz de estar una hora hablando de él, Maite? Y sí, sí que me salió politemático. Un abrazo.
Entonces ahora (al día siguiente de tu comentario) te chiflará el micro, ¿no, David? Un abrazo.
Ya lo decía Quevedo, eso, Araceli. De la cuna a la sepultura. Sin transición. Un abrazo.
"LLenar la nada". Me gusta, Rosana. Un abrazo y a seguir como hasta ahora.
No me van a caber con la lamparita y los libros de cabecera, Agus... Bueno, habrá que hacerles un lugar. Un abrazo y buen finde.
Bienvenido a las Realidades para Lelos, Lord SinNombre. Bueno, muy original no es, pero si te gustó ya sirve. Un abrazo y gracias por comentar. Hasta la próxima.
Mushas grasias, Rosío. Isha, me alegra que te guste. Un abraso.
Sí, me reafirmo en que se puede estar una hora hablando de él, y de lo que sugiere...además, ¿cuánto es una hora dentro de la relatividad del tiempo?
Es que la vida es un soplo y a todos nos alcanza la muerte con su carga de recuerdos, no siempre los más felices...
Me encanta lo que escribes.
Un beso
BB
Ah, bueno, Maite, contando con eso de la relatividad del tiempo, puedes pasarte incluso una vida hablando de la cerilla. No caí en eso. Un abrazo.
Paradójico, eso de que la vida es un soplo, siendo precisamente un soplo (divino) lo que da la vida. Me encanta lo que comentas, BB. Un abrazo.
¿Con remordimientos a esta altura de la partida? Va a ser verdad que la vida en un instante.
Un abrazo
Mucho me temo que sí, Bicefalepena, que la vida es un instante. Bienvenida a las Realidades para Lelos y gracias por comentar. Un abrazo.
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