viernes, 12 de noviembre de 2010

La tejedora


Mientras las agujas se cruzan en los puntos finales, los que redondearán el cuello, piensa en lo bien que le sentará a su pequeña, ahora que se acerca el invierno. Ha sido difícil conseguir esa lana, esquilada a tijera y lavada a mano, hilada con rueca de roble, y tintada con productos naturales, pero todo esfuerzo es poco. Aunque si su marido supiera que se ha tomado tantas molestias la tomaría por loca. Termina el último punto, guarda las agujas y sujeta la pieza por los hombros, admirándola, imaginándose cómo le quedará. Impaciente, baja al jardín y se la prueba: primero la cabeza, luego una pata, después las otras tres... A la tejedora se le iluminan los ojos cuando ve lo preciosa que está con esa nueva prenda su pequeña ovejita.


21 comentarios:

Víctor dijo...

Antes de que os lancéis cual carroñeros hambrientos a destrozar el relato, os diré que el micro a mí tampoco me acaba de convencer. Pero me da pena lanzarlo al vacío, así que lo cuelgo aquí para que no se apolille en la papelera de reciclaje. Abrazos.

Anita Dinamita dijo...

Pues a mi me ha gustado mucho, vale, esperaba el giro final porque siempre lo esperamos, no? pero me gusta eso de esquilar la oveja para vestirla con su misma lana después de todo el proceso, y el proceso está muy bien descrito. Tiene además un punto muy cómico y tierno... ¡y absurdo! que me gusta.
Un abrazo

Maite dijo...

A ver, la idea, Víctor, está genial, y el micro, como dice Anita, tiene ternura y ese puntito de locura que a mi me gusta. Sobre el texto, te diré que para mí, puede mejorar muchísimo quitándole algunas cositas.
Yo te doy mi opinión y luego tú (como es normal) haces lo que te parezca.
Yo quitaría "ahora que se acerca el invierno" es obvio que si va a estar más calentita, es porque hace frio.
Y eliminaría también "pero todo esfuerzo es poco porque su pequeña sin duda se lo merece. Aunque su marido supiera que se ha tomado tantas molestias la tomaría por loca" me parece una información algo superflua.
Y por último, se repite mucho pequeña, no se si lo quieres utilizar como recurso para desviar nuestra atención hacia "un bebé o niña chica", tal vez sea eso.
Esto es sólo una opinión, pero me da pena que el micro no quede "fetén" cuando tiene materia para ello. Un beso.

Torcuato dijo...

Pues a mi, el micro me ha gustado mucho. Quizá se merecía un final más sorprendente. Yo pensé en una perrita.
Supongo que intentaste llevar al extremo la tontuna de algunas personas, que visten a sus mascotas. Oveja vestida de oveja.
Si. Está bien el micro.
Un abrazo.

Pablo Gonz dijo...

Pensé "para un niño", luego "para un perro"... Zapatazo en la frente con lo de "su pequeña ovejita". Bien escrito como siempre. En capítulo aparte, te comento que me chocó la palabra "tintada". Busqué en el DRAE y sí existe el verbo "tintar" pero aquí me parece más oportuno usar "teñir". Es una impresión, nada más.
Un fuerte abrazo,
PABLO GONZ

Daniel Sánchez dijo...

Tierno como un microrrelato infantil.

Quizá tenga demasiado de eso y menos de otras pocas.

Esteban Dublín dijo...

Y bueno, Víctor, nunca se desecha a un hijo por más que uno sepa que no quedó como se planeaba. Un abrazo.

Manu Espada dijo...

A mí me gusta la idea de vestir a una oveja con lana de oveja, es muy visual. Quizá no le daría tantas vueltas y lo haría más cortito, eso sí.

Víctor dijo...

Manu, te he hecho caso y le he metido unos tijeretazos. Quizás le corte algo más. Veremos.

AGUS dijo...

Víctor, coincido con Manu. La idea es buena, casi o del todo surrealista. Pero necesita menos espacio para que el lector no tenga tiempo a pensar. Algo así como un pim,pam pum y te largas dejándonos a todos con la boca abierta.

Un abrazo

Mar dijo...

Pues a mí me gustó el mensaje: Todo vuelve, tarde o temprano, no de la misma forma pero regresa... o por lo menos eso entendí.

Saludos.

Jesus Esnaola dijo...

A mí me parece una idea soberbia, vestir a una oveja con la lana de una oveja. Sin embargo el desarrollo va un poco torpe, aunque ha mejorado con las sugerencias que te han dado por aquí. Si se me ocurre algo te digo.

Un abrazo, Víctor.

Víctor dijo...

Eso de esperar el giro final, Anita, me está ayudando a evitar ese giro. No en este cuento, claro está, sino en los que voy escribiendo estos días. Esperar el giro significa que ya se ha convertido en un fórmula (quizás muy usada por mí) para hacer micros. Y por ahí sí que no paso... Un abrazo.

Como ves, he cogido algunas de tus ideas para retocarlo, Maite. Bueno no ha quedado, pero mejor que antes creo que sí. Y eso ya es un avance. Gracias por la crítica sincera, Maite. Evidentemente, cuando no os guste (y este micro era un claro ejemplo de ello) prefiero que me lo critiquéis sin piedad. Como ahora. Un abrazo.

Sí, por ahí iban los tiros, Torcuato. En mostrar la tontuno humana (o animal). Me alegro que te gustara. Un abrazo.

Pablo, espero que se te baje el hinchazón del zapatazo. Sobre lo de tintar y teñir. Estoy totalmente de acuerdo con tu comentario, pero mira tú por dónde, prefiero usar tintada. No sé, la veo más artesanal... Un abrazo.

Sí, me quedó un poco sin fondo, Daniel. Aunque mi intención era bien clara. Un abrazo internacional.

Ahí está, Esteban. Los hijos feos también son hijos. Un abrazo internacional.

Le metí los tijeretazos, Manu, y ya quedó más cortito. No sé si bueno, pero mejor que antes sí. Un abrazo y gracias por la aportación.

Vale, Agus, me salió un par de pims y pums más de la que sería conveniente. Pillé la idea. Un abrazo, y tienes toda la razón.

Entendiste bien, Marcia. Un abrazo a todas.

Si la idea es soberbia y el desarrollo torpe, el micro es un fiasco. Una idea jamás es buena si no se lleva a cabo correctamente. Gracias por la sinceridad, Jesus. Un abrazo.

Claudia Sánchez dijo...

Hola Víctor! a mí el relato me gustó, sobre todo por su trasfondo (el que yo le veo bah!): la obsesión por la perfección o el inconformismo con lo que la naturaleza nos da.
Ha trasquilado a su oveja para luego vestirla de manera más fina, de otro color... primorosamente.
Sí, sí. Me gustó!
Saludos!

Maribel Romero dijo...

A mí también me gusta y coincido con Claudia, hay un mensaje implícito que le da un gran valor al micro. Por una parte puedes interpretarlo como el deseo de transformar lo que nos viene dado, de no conformarnos con lo que tenemos, y por otro lado con justo lo contrario: la absurda manía de estar por encima de la naturaleza, de querer dejar siempre nuestra huella (la mano del hombre), haga falta o no.
Y el final me sorprendió. Esperaba perra y fue oveja.
Un abrazo.

Jesús Garrido dijo...

bonita y sencilla originalidad, muy bien expuesto

Lo. dijo...

Original y sorprendente, me ha encantado.

BB dijo...

Como mi único y verdadero placer es leer lo que otros escriben, yo he disfrutado un montón con esta oveja, mamá, que teje un nuevo abrigo a su pequeña ovejita.
Un abrazo fuerte
BB

Víctor dijo...

Vale, entendido, te gustó, Claudia. Pues se agradece, claro está. Un abrazo.

Gracias a ti también, Maribel. Me gustó eso de "esperaba perra y fue oveja", es todo un micro. ¿Lo titulamos "Adulterio canino"? Un abrazo.

Muy agradecido, Jesús. Y gracias por comentar. Un saludo.

Me laegro pues, Lo. Un abrazo y hasta la próxima.

Tu versión también me gusta, BB, es tan válida como cualquier otra. Y eso de dedicarse sólo a leer (sin destripar los textos) es sano. Sanísimo. Un abrazo.

Unknown dijo...

Preciosa imagen la de la oveja que viste su propio sweater.
Bien por no destruírlo.

Víctor dijo...

¿El suéter o el relato, Carlos? Un abrazo.