jueves, 30 de abril de 2009

El fin del mundo


Contigo iría al fin del mundo, me dijiste con valentía aquella tarde. Y ahora, sentada a mi lado ante el precipicio, balanceando los pies, tiemblas como una niña observando el vacío.

5 comentarios:

dijo...

Un no sap mai el que diu, quan està enamorat. Mai no s'és prou prudent...

Oriana P. S. dijo...

Lo sabía.
He escuchado el mismo tipo de promesas alguna vez...

Víctor dijo...

El problema no és d'imprudència, Lo, sinó d'incompliment de "contracte".

¿Y a quién no se las han hecho alguna vez, Oriana, a quién no? Un abrazo.

Maite dijo...

Hay que tener mucho cuidado con estas sentencias de amor, Víctor. Hay quien dice "por ti mataría", "te seguiría allá donde vayas", "si tú me lo pides", por ti haría cualquier cosa", claro, luego uno intenta demostrar que su amor era verdadero, y pasa lo que pasa...
Un abrazo, Víctor, estoy de repaso ;-)

Víctor dijo...

El amor no vive de promesas, Maite, sino de actos. O sea, que no hay que fiarse demasiado de lo que se dice por ahí. Y menos, si el que lo dice es un enamorado.

Un abrazo.