viernes, 12 de marzo de 2010

El líder no miente

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El líder de la secta, en la reunión del pasado viernes, reveló la profecía: el mundo se acabaría al cabo de una semana, es decir, hoy mismo. Horrorizados por el inminente apocalipsis, los miembros han seguido las recomendaciones del líder y, tras legar todos sus bienes a una cuenta corriente de las Islas Caimán, han llevado a cabo un suicidio colectivo. El líder, o sea, yo, no se equivoca: el mundo ha llegado a su fin. Al menos para ellos.

27 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

A eso llamo yo liderazgo!
Ains... no tener esa virtud!

Besos amigo!

Isabel Mª dijo...

Ingenioso, Victor, y muy bien escrito. Existen líderes así, no lo llaman secta, pero es algo parecido, nos roban sin enterarnos, y nosotros venga a trabajar y a pagar impuestos, y todo porque no se´riamos capaces de vivir con la desgracia de los demás a nuestras espaldas.

Un petò,amic meu

Jesús Contreras dijo...

Hola, Víctor. No hay que fiarse mucho de los lideres. Vete tú a saber dónde pueden conducirte. Quizá el final un pelín previsible, pero me enganchó.

Saludos

Arcangelo dijo...

Me pilla en medio de la lectura de Animal farm. Napoleon is always right!. Parece que hay mucha gente dispuesta a creer lo increible

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Recuerdo claramente que algo parecido hace ya bastante tiempo en una secta de suicidas.
En este caso el líder resultó ser menos "espiritual" si cabe el término! ajajaja

josé rasero dijo...

¿En verdad cree -el líder- que quedó solo en el mundo?
Debería mirar tras de sí...

David Moreno dijo...

Como dice Jesús Contreras el final algo predecible, aunque me gustó lo de que el líder no miente. En verdad y fatalmente los engañados son ellos, los miembros de la secta.

Un saludo indio

Nel Morán dijo...

¿Cuál es el número de cuenta? Igual llego a tiempo.

Blogsaludos

Naida Saavedra dijo...

Menos mal que me decidí por la otra secta.

Martín Gardella dijo...

Me gustan los relatos que apelan al humor para generar impacto. Este micro creo que lo logra. Me gustó mucho. Un abrazo

mariajesusparadela dijo...

verdadero y terrible.

Pedro Peinado dijo...

Menudo caimán, el líder.

Víctor dijo...

Pues yo a eso, Claudia, lo llamo caradura. Un placer volver a verte por aquí y poder disfrutar de más cortitos. Un saludo.

Muy bien pensado eso, Isabel. Com diem per aquí: se'ns pixen a sobre i diuen que plou. Una abraçada.

El final sí era previsible, Jesús, aunque no buscaba demasiado la sorpresa, sino relativizar eso de que se acaba el mundo. Y que te enganchara es normal: sólo son siete líneas. Si no te enganchan siete renglones, si llegas a aburrirte a media lectura con tan poco, apago y me marcho. Un saludo.

Es que Orwell sabía por dónde iban los tiros, Arcangelo. Y no lo digo únicamente por su participación en la Guerra Civil como brigadista en el Frente de Aragón... Un saludo.

Yo también recuerdo algunos casos, Neogeminis. Quizás me basé en ése que recuerdas. Un saludo.

Me parece que está demasiado ocupado mirando en las Islas Caimán, José, como para darse cuenta de que no está solo. Un saludo.

Víctor dijo...

Ahí estaba la gracia (si es que la tiene) del relato, en esa doble interpretación del fin del mundo, y no en un final sorprendente. Saludos, Indio.

La cuenta ya está cerrada y vacía, Serafín. No llegas a tiempo. Pero si estás muy interesado en hacer un ingreso puedo pasarte mi número de cuenta, o de cuento. Un saludo.

Pues vigila, Naida, porque todas son iguales. No te confíes. Un saludo.

Pues me alegro que así sea, Martín. Y más, si ese comentario viene de ti. Un abrazo.

Terrible por verdadero, Mariajesús. Si no fuera cierto, si sólo fuese ficción, no tendría nada de terrible. Un saludo.

Ya te digo, Pedro, un caimán que seguro que llora las muertes de las seguidores con lágrimas de cocodrilo. Un saludo.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

Me sedujo mucho el giro final y la reflexión que se esconde detrás. Muy bien hilado y muy bien terminado. Gran dominio del género.

8.5

Javier Alfaro Martínez dijo...

Un texto con una ironía cruel, pero real sobre la pasión exacerbada hacia un personaje con traje de líder.

¡Muy bueno, Víctor!

Belén dijo...

Los tenías bien amaestrados, porque nadie chistó cuando vieron que te ibas sin ellos...

Besicos

Miguel dijo...

Un final algo predecible, Víctor, pero sigue asombrandome tu capacidad de sintesis para narrar.

Un abrazo.

Miguel

Gotzon dijo...

Todo un profeta... jeje

Víctor dijo...

Hay más de reflexión (irónica) que de giro final sorpresivo, Daniel. Gracias por pasarte por aquí y un saludo.

Muchas gracias, Javier. Es cruel precisamente porque es real. Un saludo.

Ya pasa eso con los seguidores de sectas, Belén, que no se enteran de nada. Saludicos.

Insisto, Miguel, en que el final no pretendía ni ser muy sorprendente ni sustentar el peso del relato. Un saludo.

Todo un listillo, diría yo, Gotzon. Un saludo.

dijo...

Es veia a venir. De cap a peus. La primera i la segona lectura. I si jo ho he entés, que sóc la més justeta dels teus lectors, no tens excusa. Ho sento, vot negatiu...

Víctor dijo...

D'acord, Lo, no tinc excusa. Era previsible. Però tampoc volia aguantar el conte amb la sorpresa final. Com li deia al Daniel, buscava més una reflexió més o menys irònica que un final impactant. Però m'ho apunto. A veure què et sembla el següent. Ah, i de justeta... poc. Potxons.

Esteban Dublín dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Esteban Dublín dijo...

Pues yo no lé, Víctor, pero en realidad me pareció demasiado predecible.

Víctor dijo...

No sé qué quisiste decir con "lé" (supongo que "sé") pero te doy la razón: bastante previsible. Aunque te remito a los comentarios precedentes; no buscaba que la sorpresa fuese el sostén del relato. Un abrazo, Esteban, y gracias por comentar.

bajoqueta dijo...

Qué aprofitat!! jajaja

Víctor dijo...

Com la majoria de líders, Mònica, tant sectaris, religiosos o polítics. Una abraçada.