Tras robarme el corazón con sensuales contoneos felinos y unas pupilas ovaladas que me observaban con lascivia, anoche en la discoteca, la invité a subir a mi apartamento. Esta mañana, se ha despertado antes que yo y, con el mismo sigilo de gata, me ha robado el móvil, la cartera, el portátil y lo poco de autoestima que me quedaba.
Criptografía
Hace 2 días
1 comentario:
Lo breve si bueno y dos veces bueno... Me gustó mucho el relato. Era un gato no más...
Besos rojos,
HR.
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