Aunque lo está viendo con sus propios ojos, no quiere creerlo. En el rincón más oscuro del parque, ella -su princesa, su prometida- está besando apasionadamente a otro. No se lo piensa un instante y se dirige colérico hacia el chico rubio. Le agarra por el cuello, le atiza dos puñetazos y, una vez en el suelo, le propina patadas hasta hartarse. Complacido tras la paliza, se enciende un cigarrillo y se marcha a casa. Sobre el pavimento, tirado junto al arco, con un ojo morado, el labio partido y las alas rotas, Cupido maldice su suerte mientras una pareja con un par de flechas de oro clavadas en la espalda continúa besándose ajena a lo que ocurre a su alrededor.
14 comentarios:
Impresionante final!! Me gusto mucho!! Felicitaciones. Un abrazo
Pobre Cupido por no haber sido reconocido... Excelente!!!
Beso srojos,
HR.
Bien hecho, alguien tenía que darle su merecido a ese impertinente. Como siempre, lo tuyo es superior y ya había leído a tu spiderman comemoscas
Muy bueno.
Un descubrimiento recíproco.
Nos leemos.
Eso le pasa por no hacer su trabajo en el anonimato, que le gusta demasiado chupar cámara.Saludos.
oye me parecio muy interesante la lectura.....no esperaba ese final..ese tipo de lecturas me agradan, cortas y concisas....
Es que nunca se puede decir "ese cura no es mi padre".
Cosas de los celos, que matan.
Saludos.
Al pobre Cupido se lo ponen cada vez más difícil...
Excelente final.
Un beso,
Jajajaja... Por metido...
Como dice Martín, chévere el final.
Gracias, Martín. Te sigo.
HR: eso le pasa a Cupido por ser ciego y no darse cuenta de las intenciones del cornudo.
Sí, Carolina, alguien tenía que darle su merecido al muy....
Pues eso, Citopensis. Te iré visitando.
El minuto de gloria tiene su precio, Xarat. Saludos lelos y caricias a Mahatma!!
Gracias, Hipokondriako. Regresa cuando quieras.
Tienes razón, Susy: los celos matan. Fíjate sino en "Génesis", una de mis últimas entradas.
Será porque él nos lo pone también muy difícil a nosotros, Clara.
Me alegra que te gustara, Alejandro.
Esteban: ya me costó, ya, el final. Tuve que cambiarlo no sé cuantas veces.
Saludos lelos a todos!!!
Vaya, pobre Cupido, pero eso le pasa por no hacer bien su trabajo.
Cada vez quedo más impresionada con tus cuentitos. Me encantan.
Abrazos.
Este cuento también me gusta a mí, Oriana. ¿Quien es el culpable en una infidelidad: el entrometido en la relación, o Cupido, que hace que se meta donde no le llaman? Pues eso, que pague el culpable. Un abrazo.
Si señor, eso de reciclar micros se te da estupendamente. Este viene que ni pintado.
Petons
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