sábado, 27 de junio de 2009

Infidelidades

Aunque lo está viendo con sus propios ojos, no quiere creerlo. En el rincón más oscuro del parque, ella -su princesa, su prometida- está besando apasionadamente a otro. No se lo piensa un instante y se dirige colérico hacia el chico rubio. Le agarra por el cuello, le atiza dos puñetazos y, una vez en el suelo, le propina patadas hasta hartarse. Complacido tras la paliza, se enciende un cigarrillo y se marcha a casa. Sobre el pavimento, tirado junto al arco, con un ojo morado, el labio partido y las alas rotas, Cupido maldice su suerte mientras una pareja con un par de flechas de oro clavadas en la espalda continúa besándose ajena a lo que ocurre a su alrededor.

14 comentarios:

Martín Gardella dijo...

Impresionante final!! Me gusto mucho!! Felicitaciones. Un abrazo

Habitaciones rojas, pensamientos negros dijo...

Pobre Cupido por no haber sido reconocido... Excelente!!!

Beso srojos,
HR.

Anónimo dijo...

Bien hecho, alguien tenía que darle su merecido a ese impertinente. Como siempre, lo tuyo es superior y ya había leído a tu spiderman comemoscas

Citopensis dijo...

Muy bueno.

Un descubrimiento recíproco.

Nos leemos.

Anónimo dijo...

Eso le pasa por no hacer su trabajo en el anonimato, que le gusta demasiado chupar cámara.Saludos.

hipokondriako dijo...

oye me parecio muy interesante la lectura.....no esperaba ese final..ese tipo de lecturas me agradan, cortas y concisas....

Susy dijo...

Es que nunca se puede decir "ese cura no es mi padre".
Cosas de los celos, que matan.

Saludos.

Clara dijo...

Al pobre Cupido se lo ponen cada vez más difícil...

Excelente final.

Un beso,

Alejandro Ramírez Giraldo dijo...

Jajajaja... Por metido...

Esteban Dublín dijo...

Como dice Martín, chévere el final.

Víctor dijo...

Gracias, Martín. Te sigo.

HR: eso le pasa a Cupido por ser ciego y no darse cuenta de las intenciones del cornudo.

Sí, Carolina, alguien tenía que darle su merecido al muy....

Pues eso, Citopensis. Te iré visitando.

El minuto de gloria tiene su precio, Xarat. Saludos lelos y caricias a Mahatma!!

Gracias, Hipokondriako. Regresa cuando quieras.

Tienes razón, Susy: los celos matan. Fíjate sino en "Génesis", una de mis últimas entradas.

Será porque él nos lo pone también muy difícil a nosotros, Clara.

Me alegra que te gustara, Alejandro.

Esteban: ya me costó, ya, el final. Tuve que cambiarlo no sé cuantas veces.

Saludos lelos a todos!!!

Oriana P. S. dijo...

Vaya, pobre Cupido, pero eso le pasa por no hacer bien su trabajo.

Cada vez quedo más impresionada con tus cuentitos. Me encantan.

Abrazos.

Víctor dijo...

Este cuento también me gusta a mí, Oriana. ¿Quien es el culpable en una infidelidad: el entrometido en la relación, o Cupido, que hace que se meta donde no le llaman? Pues eso, que pague el culpable. Un abrazo.

Anita Dinamita dijo...

Si señor, eso de reciclar micros se te da estupendamente. Este viene que ni pintado.
Petons