viernes, 12 de junio de 2009

Albada (II)


Abro los ojos y la encuentro tendida a mi lado, desnuda y sonriente, con una mano debajo de la almohada y la otra entre los muslos. En mis fantasías siempre la he imaginado de ese modo, acurrucada y tranquila, prisionera de sus sueños.
Me doy la vuelta con sigilo para no desvelarla y, acostada en el otro lado de la cama, topo con mi mujer, rígida y angustiada por las pesadillas, que se despierta con un humor de perros al mínimo ruido.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Mejor dormir solo que esposado acompañado reza el refràn.
Besos

dijo...

M'agrada el fet de ser "presoners dels nostres somnis". No m'agrada el malhumor dels matins...

Martín Gardella dijo...

Victor, muy buena esta serie! Hay mas? Saludos

Clara dijo...

Ja,ja... me has hecho sonreir!
Me he visto reflejada en una de ellas, pero no te voy a decir en cual...
Excelente serie.

Un beso,

Víctor dijo...

Eso de utilizar la misma palabra (esposas) para designar a las cónyuges y a los artilugios para apresarte las manos, Eva, da para pensar un rato.

Malauradament, jo no sóc presoner dels meus somnis, Ló, i no per això em sento més lliure. Contra el malhumor matinal, piscines de te i torrades de pa amb tomata: oli en un llum.

Gracias, Martín; y sí, como ves todavía hay más. Y los habrá.

Me alegra si te he arrancado una sonrisa, Clara. Qué pena quedarme con la duda de con quién te identificas.

Saludos lelos!

Habitaciones rojas, pensamientos negros dijo...

Promete la serie de Aldaba. me gusta mucho...

Beso rojos,
HR.

Naida dijo...

De repente la esposa se desdobló y él no se ha dado cuenta... o de repente esa tranquila mujer era el estado alfa en el que se encontraba la esposa antes de que la depertara un ruidito.
:o)
Sigo en el camino de las albadas.

Víctor dijo...

Cuidado, HR, que a veces las promesas no se cumplen.

O de repente... tantas posibilidades, Naida... cualquiera posible... Sigue el camino, no tiene pérdida.

Oriana P. S. dijo...

Vaya, vaya... mi mente me hace las mismas cosas a veces.

Voy a seguir leyendo. No me quiero perder una de esta serie :)

Víctor dijo...

Suerte, Oriana, que la mente nos juega estas malas (?) pasadas a veces, que sino no sé cómo íbamos a soportarlo.

Un abrazo.