lunes, 1 de junio de 2009

El lápiz mágico

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Tirado bajo el escritorio, encuentro un lápiz de madera, con la punta afilada. No es mío, de eso estoy seguro, pues yo siempre utilizo portaminas. Lo recojo extrañado del suelo y distraídamente esbozo una araña del tamaño de un botón en una hoja de papel. En un abrir y cerrar de ojos, la araña adquiere vida propia y empieza a pasearse por la superficie del folio. Asustado, la aplasto con el paquete de tabaco vacío y me olvido de ella. Al instante, un tanto nervioso, me entran ganas de fumar, por lo que dibujo un cigarrillo e incluso me permito el lujo de escribir sobre el filtro el nombre de una buena marca, bastante cara, que hace tiempo que no compro. Dibujo un encendedor, lo alcanzo, y prendo la punta del cigarrillo. Mientras lo saboreo, voy bosquejando unas monedas y éstas van surgiendo, brillantes y metálicas, de la hoja de papel. Me las guardo en el bolsillo, para el café de la tarde, y volteando el lápiz entre mis dedos pienso en cosas que quisiera tener. Tras considerarlo a fondo, me doy cuenta de que lo que verdaderamente necesito, lo que más deseo, no se puede dibujar, así que trazo una goma y, cuando ésta aparece, borro el inútil y peligroso lápiz antes de que caiga en peores manos.

5 comentarios:

Claudia Sánchez dijo...

Guau! Para sacarse el sombrero Víctor... Muy bueno!
Saludos!

Habitaciones rojas, pensamientos negros dijo...

Excelente!!! Muy bueno de verdad!!! Aunque me hubieses dibujado algunos billetes de 500€ para mi...jajaja

Besos rojos,
HR.

Isady dijo...

Muy buena historia¡¡¡¡

Me imagino si todos los sueños se pudieran dibujar y ser tomados tan fácilmente por las hojas de un papel, tal ves no existiría la satisfacción.

saludos¡¡¡¡ Buen blog

Clara dijo...

Victor, excelente!

Hiciste muy bien deshaciéndote de él...

Un abrazo,

Víctor dijo...

Gracias, Claudia, y felicidades por tu mención en minificciones.

HR, tienes razón pero prefiero dibujar sonrisas que billetes de 500 euros.

Así es, Isady, la alegría no existe si no la comparamos con la tristeza. Gracias por la vista.

Yo también creo que hice bien, Clara. Aunque podía haber intentado escribir algún cuento con ese lápiz, a ver qué ocurría...